Hace frío, mucho frío; ya no me acordaba de lo que era el frío de verdad pero este fin de semana, de repente, lo he recordado.
Así que comidita caliente y un poquito de grasa ¡que
también hace falta!
Necesitamos para dos personas:
Un trozo de carne de cerdo (aguja o cabecera), un
chorizo, una morcilla, tocino ibérico, un repollo rizado y patatas.
En una olla grande ponemos la carne, el tocino y el
chorizo; lo cubrimos de agua fría y lo ponemos a cocer espumándolo al principio
para quitar todas las impurezas.
Cuando ha hervido unos 30 minutos añadimos el
repollo picado y lavado con más agua, poca, ya que el repollo soltará la suya y
las patatas partidas en trozos.
En una olla pequeña ponemos a cocer la morcilla para
que suelte casi toda la grasa.
Dejamos cocer despacio otros 30 minutos y añadimos
la morcilla; lo probamos de sal, rectificamos si hace falta y dejamos unos
minutos para que coja todos los sabores.
Durante la cocción tenemos que vigilar el caldo que
tiene, añadiendo más agua si es necesario para que quede caldoso pero no en
exceso.
Es un plato que puede parecer muy fuerte, por las
carnes, pero en realidad fundamentalmente es repollo; el truco está en no abusar del tocino, morcilla...
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