Lo sé, lo sé…no es una receta de dieta; no es una
receta adecuada para cumplir los buenos propósitos que nos hacemos para empezar
el año.
¡Pero están tan ricas! ¡Comed pocas, si podéis!
Están son de champiñones y necesitamos:
Una bandeja de champiñones, cebolla, ajo, perejil,
harina, leche. Y como siempre aceite y sal.
En una sartén ponemos un poco de aceite y cebolla
muy menuda, dejamos hasta que esté transparente; añadimos ajo picado y un poco
de perejil.
Después los champiñones y dejamos cocinar hasta que suelten todo el agua.
Después los champiñones y dejamos cocinar hasta que suelten todo el agua.
En este momento ponemos la harina, damos vueltas y
vemos como los champiñones quedan totalmente rebozados; seguimos así unos dos
minutos y vamos añadiendo muy despacio la leche templada, dándole vueltas y
añadiendo leche, a medida que se consume.
Conviene hacer este paso despacio para evitar los grumos (si así todo os pasa recordad: todo se arregla con un golpe de batidora).
La bechamel tiene que cocer bastante tiempo, no hay que tener prisa, la harina necesita su tiempo de cocción.
Conviene hacer este paso despacio para evitar los grumos (si así todo os pasa recordad: todo se arregla con un golpe de batidora).
La bechamel tiene que cocer bastante tiempo, no hay que tener prisa, la harina necesita su tiempo de cocción.
Cuando empieza a desprenderse fácilmente de los
laterales de la sartén y al dejar caer una cucharada lo hace de forma compacta,
no demasiado rala, sabremos que ya está.
La ponemos en una fuente amplia y dejamos enfriar, yo normalmente de un día para otro.
La ponemos en una fuente amplia y dejamos enfriar, yo normalmente de un día para otro.
Vamos cogiendo porciones, dándoles forma y
rebozando; yo pan rallado, huevo y pan rallado. A freír.
¡Y a disfrutar!
¡Y a disfrutar!
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