Unas galletas marroquís que
son una delicia, por su sabor, su textura, su aroma y por lo fáciles que son de
hacer.
La primera vez que las hicimos fue mi nieto, de diez años, el que pesó ingredientes, mezclo, dio forma, rebozó…yo me encargué del horno y poco más.
Así que animaos
a hacerlas con los niños, para una merienda especial, para su cumple o para
regalar ¡les encantará hacer de reposteros!
La receta la vi en el blog
“Ni blanco ni en botella”; yo puse un poco menos de azúcar en la masa (originalmente
eran 90 g.) porque al ir rebozadas quedan bastante dulces, y un poquito más de
harina (eran 35 g.) que me parecía que hacía falta (dependiendo del tamaño del
huevo pude se necesaria).
Necesitamos para unas 15
galletas, no muy grandes:
160 g. de almendra molida.
75 g de azúcar.
40 g de harina.
½ cucharilla de levadura
química.
1 huevo grande.
Una pizca de sal.
1 cucharilla de agua de
azahar.
Para rebozar las galletas:
Azúcar y azúcar glas.
Empezamos calentando el
horno a 180º (sin bandeja) y pesando todos los ingredientes.
En un platito ponemos
azúcar blanco normal y en otro azúcar glas.
En un bol grande ponemos
la almendra, el azúcar, la harina con la levadura y una pizca de sal. Mezclamos.
Batimos el huevo con el agua de azahar y lo agregamos.
Mezclamos bien para que toda la masa quede
húmeda y homogénea.
Dejamos reposar unos 10
minutos.
Con una cuchara cogemos porciones, la masa es blanda, y las rebozamos en el azúcar; hacemos unas bolas un poco aplastadas y las pasamos al azúcar glas.
Las vamos poniendo en la
bandeja del horno que estará cubierta con papel.
Horneamos entre 12/15
minutos hasta que veamos que se han craquelado.
Dejamos enfriar en una
rejilla.
¿Comemos?
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