No pensaba publicar esta receta porque, además de no tener ningún misterio que se tenga que explicar me parecía un poco tarde, ya casi otoño. Pero ¡hete aquí! que llevamos dos o tres días en Asturias que siguiendo el dicho leonés “se caen los pájaros”.
Lo primero voy a “presumir”, jajaja, de la bandeja que veis debajo del cuenco: mi primera obra en el arte ceramista. Entre el horno y yo, bien coordinados, conseguimos este objeto de belleza indescriptible. Se admiten aplausos o, en su defecto, pañuelos para mis lágrimas.
Necesitamos para dos o tres raciones de entrante:
Medio melón, sin piel ni pepitas.
1 yogur natural ¡sin azúcar!
Sal y un trocito de jengibre fresco rallado.
Aceite de oliva virgen extra.
Ponemos en el vaso de la batidora el melón, en trozos, el yogur, el jengibre rallado, sal y una cucharada de agua. Batimos.
Cuando ya esté hecho sopa, sin dejar de batir, vamos añadiendo un hilo de aceite por arriba, la cantidad un poco al gusto; yo puse muy poco porque quería añadir por encima un chorrito.
Como guarnición el clásico y maravilloso jamón o unos frutos secos.
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