¿Quién puede resistirse a este plato de cuchara,
sabroso, completo y muy apetecible, sobre todo en estos días invernales?
Con sus alubias pintas tiernas y suaves y con sus verduras,
bien calentito… es un plato de “cinco cucharas” (no sé si existe esta
clasificación pero si no la hay la inventamos).
Necesitamos:
Alubias pintas de buena calidad, 60/70g por ración.
Una cebolla y una zanahoria.
Una hoja de laurel seca.
Aceite y sal.
Además necesitamos:
Coliflor, 40/50 g por ración.
½ cebolla, unos dientes de ajo, 2 zanahorias y ½
pimiento verde (o rojo, a tu gusto).
Una ramita de romero fresco.
Caldo vegetal o agua.
Empezamos la noche antes lavando y poniendo en remojo (agua
fría) las alubias para que se hidraten.
Cuando las vayamos a cocinar las escurrimos, las
ponemos en una pota, más bien alta, con un chorro de aceite; revolvemos para que
se unten todas y agregamos la cebolla partida en dos trozos, la zanahoria
pelada y entera y la hoja de laurel.
Cubrimos con agua fría y ponemos al fuego.
Cortamos la
cocción añadiendo un poco de agua fría en dos o tres ocasiones.
Es conveniente que las alubias tengan un hervor
suave y constante para evitar que se suelte la piel.
Cuando estén tiernas salamos y apagamos. Sacamos la
cebolla y la zanahoria.
Mientras en otra cazuela ponemos dos o tres
cucharadas de aceite, unos dientes de ajo picados, ½ cebolla partida menuda, el
pimiento también picado menudo, las zanahorias peladas y partidas y la ramita
de romero. Sofreímos.
Cuando todo está blandito añadimos una pizca de
pimentón dulce y la coliflor partida en ramitos pequeños, cubrimos con agua (o
caldo vegetal) y ponemos a cocer.
A media
cocción juntamos con el guiso de alubias y ya todo junto lo dejamos
cocer despacio hasta que todo está en su punto, aproximadamente 10 minutos.
Dejamos reposar y servimos.
Algunos consejos:
Si no queréis cocer la legumbre podéis usar de bote
(yo nunca las he utilizado pero creo que las habrá de calidad).
Si cocéis las alubias aprovechad para hacer el doble
de lo que necesitéis y congelad unas raciones para otro día.
Se pueden cambiar las alubias pintas por cualquier
otra variedad o por garbanzos.
Cuando juntéis las dos preparaciones tened cuidado
con la cantidad de caldo que añadís para que el potaje quede espesito. También
se puede espesar el caldo triturando la cebolla y la zanahoria, que sacamos de
cocer las alubias y añadirlo al guiso.
El romero en esta receta no es un tema menor: da un
perfume magnífico al potaje (si no os gusta pues prescindir de él o poner
laurel).
Esta receta está inspirada en una de la web recetas
italianas. Com.
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