domingo, 29 de diciembre de 2024

Lentejas con col kale.

 

Este plato es totalmente vegano: legumbre y verduras ¡No os voy a contar el porqué, ya lo imagináis!


Lo más laborioso es lavar bien ¿el o la? kale, sobre todo si, como es nuestro caso, viene de una huerta ecológica donde nada de químico, nada de insecticidas, nada de matar bichitos…máximo respeto a la vida en cualquiera de sus formas.

Después de lavarla bien, asegurándonos que no queda ningún pequeño caracol escondido entre sus pliegues, lo picamos y escaldamos durante un minuto en agua hirviendo; escurrimos y reservamos.

Hacemos un buen sofrito con las hortalizas que tengamos: un chorro de aceite de oliva virgen, unos dientes de ajo, cebolla, puerro, pimiento… es lo que yo usé. 



Cuando está todo blando añadimos las lentejas lavadas, cubrimos con agua y dejamos cocer despacio unos quince minutos controlando que no se queden secas.

Pasado ese tiempo agregamos la col, salamos y seguimos cociendo hasta que tengamos un guiso tierno y bien aderezado.

sábado, 28 de diciembre de 2024

Onigiri, de Eneco.



El aperitivo de esta navidad estuvo a cargo del gran aspirante a chef: Eneco Arce González (12 años)




miércoles, 4 de diciembre de 2024

Santa Bárbara.

 

Santa Bárbara.

Patrona de los mineros y de LAS MINERAS.

De todas las mujeres que trabajaron en la mina, fuera, en los lavaderos, en las escombreras y dentro.

De todas las mujeres que se dejaron la salud lavando la ropa negra de carbón.

De todas las mujeres que vivían con el alma encogida cada vez que sus padres, hermanos, maridos o hijos entraban en la jaula.

¡Hoy celebramos Santa Bárbara!

viernes, 29 de noviembre de 2024

Macarrones con verduras y avellanas.

 


Tuve la tentación de llamarlos “macarrones con cosas, con muchas cosas”.


Pocas veces cocino solo para mi, así que cuando se da esa circunstancia aprovecho para, o bien directamente no cocinar (disfrutar de un rico bocadillo) o bien vaciar la nevera de esos pequeños restos de productos que van quedando. Hoy me decidí a terminar con el trocito de coliflor, con las zanahorias…y alguna cosilla más.

Empezamos haciendo un sofrito, en este caso con zanahoria, cebolla y coliflor, con dos cucharadas de aceite de oliva virgen, laurel y sal.




Cocemos la pasta. Escurrimos y reservamos una pequeña cantidad del agua donde disolvemos,  un trocito de miso, como una cucharilla*.


Trituramos un puñado de avellanas, sin llegar a hacerlas polvo, en trocitos.

Mezclamos la pasta con el sofrito, al que hemos añadido el miso disuelto en el agua de cocción. 

En el momento de servir ponemos las avellana trituradas y una cucharada de alcaparras que aportan un toque de vinagre.

Todos estos ingredientes son los que yo usé pero todos son sustituibles: verduras las que tengáis, calabaza, brócoli, berenjena; si no usáis miso pues poned un toque de curri o de cúrcuma; yo pongo avellanas porque tenemos de casa pero almendras, o nueces también genial; ¿alcaparras? bueno, también puede ser pepinillos, aceitunas…

En resumen, se trata de aprovechar lo que tenemos, mezclarlo, poniendo un poco de distintas cosas para que tenga sabores variados. Y sobre todo, disfrutar, preparándolo y degustándolo.


*Sobre el agua de cocción, caliente pero no hirviendo ponemos un colador y el trocito de miso; con una cucharilla revolvemos hasta que se disuelva. Después ya podemos añadirlo.

lunes, 25 de noviembre de 2024

Albóndigas de pollo, con salsa de cebolla y sidra.




Otra forma sencilla de cocinar una humilde pechuga de pollo: en filetes empanados, con verduras y salsa de soja, con salsa de alcaparras…acompañada de arroz, de patatas fritas, de ensalada, de verduras…en bocadillo…, en fin de mil maneras podemos preparar la pechuga de pollo. Hoy albóndigas.

Es una receta muy ligera ya que se hacen al horno, no fritas, por tanto no llevan apenas aceite (un poco en las manos para formar las bolas y otro poco en la salsa) y tampoco van rebozadas en harina.



Necesitamos:

1 pechuga de pollo, aproximadamente 800/900 gramos.

2 dientes de ajo.

2 huevos M.

Miga de pan atrasado y leche para empaparla.

Sal, pimienta negra y pan rallado.

Para la salsa:

1 cebolla grande.

½ vaso de sidra natural.

Sal, cúrcuma, ½ cucharada de harina, una hoja de laurel y aceite de oliva virgen extra.

Empezamos picando la pechuga: la ponemos es trozos no muy grandes en la picadora, con los dientes de ajo, los huevos enteros y la miga de pan remojada en leche y escurrida.

Trituramos y sacamos para un bol. Aderezamos con sal y pimienta negra. Queda una masa bastante blanda por lo que se puede añadir 1 ó 2 cucharadas de pan rallado. Dejamos en reposo unos 15 minutos para que se asiente y coja consistencia.

Encendemos el horno a 200º para que se vaya calentando.

Nos untamos las manos con un poco de aceite de oliva y cogemos cucharadas de masa, formamos las bolas y las ponemos sobre papel de horno.



Cuando las tenemos todas ponemos encima una pequeña cantidad de pan rallado; este paso es optativo pero creo que cogen un bonito color.

Las asamos unos 15 minutos hasta que tengan buen color y estén firmes.

Mientras preparamos la salsa: ponemos dos o tres cucharadas de aceite en una cazuela con la cebolla picada y la hoja de laurel; sofreímos a fuego suave hasta que coja algo de color.



Añadimos la cúrcuma y la harina y lo cocinamos todo un par de minutos. Subimos el calor y agregamos la sidra, dejamos evaporar y añadimos ½ vaso de agua y las albóndigas.

Cocemos despacio unos diez minutos.

Ya solo nos queda acompañarlas con lo que más nos apetezca y disfrutar.

lunes, 18 de noviembre de 2024

Verdinas con coliflor.

Hoy un plato vegetariano con verdinas, una variedad de fabes, de cultivo exigente, recogidas antes de que maduren y adquieran el clásico color blanco, pequeñas, suaves, deliciosas; de cocción lenta, a hervor suave y que normalmente se cocinan con pescado y/o marisco.

Con verduras: zanahorias, cebolla, puerro, ajo, laurel y…coliflor.

Además les puse huevos cocidos para hacer plato único y completo.

Para cuatro:

500 gramos de verdinas.

Dos zanahorias, una cebolla pequeña, un puerro, dos dientes de ajo, una hoja de laurel y media coliflor pequeña.

Sal, aceite de oliva virgen y huevos cocidos.

Ponemos las verdinas a remojo la noche anterior en agua fría; por la mañana quitamos el agua del remojo, las ponemos en una cazuela y cubrimos con agua fría; añadimos las verduras enteras, menos la coliflor y las ponemos a hervir.

Cuando empiece el hervor fuerte lo cortamos con un chorro de agua fría.

Seguimos cociendo a fuego suave, con un hervor lento, sin revolverlas solamente moviendo la cazuela.

Pasada una hora, más o menos, sacamos las verduras con un poco de caldo, trituramos y lo volvemos a añadir a la cazuela. Seguimos cociendo hasta que estén blandas.

En ese momento salamos y ponemos la coliflor, en ramilletes muy pequeños, para que se cuezan pronto y queden las dente. Apagamos.

Picamos los huevos cocidos en trocitos muy pequeños de forma que la yema se deshaga en el caldo y quedan los trocitos de clara.

Después de reposar unos minutos las servimos.

viernes, 15 de noviembre de 2024

Bizcocho de harina de garbanzo y algarroba.



Súper, súper, súper sano y nutritivo ¿o no? claro que sí.


 

Harina de garbanzo, de una legumbre, distinta en color, sabor y textura a la harina de trigo, un cereal. 

Puse una cucharada de harina de algarroba, que ya he usado en más ocasiones para hacer bizcochos y galletas, que aporta, entre otras cosas un maravilloso color chocolate; en este caso como era muy poca cantidad no dejó un tono intenso.

Yo pongo muy poco azúcar en los bizcochos por lo que no está muy dulce; poned más si os apetece aunque yo creo que para tomar con el desayuno es perfecto así sobre todo si lo coméis con mermelada.

Además lleva poca grasa por lo que no es nada pesado.

¿Ya os animasteis a hacerlo? espero que sí porque no puedo aportar más argumentos, jajaja.

Necesitamos:

3 huevos L

250 gramos de harina de garbanzos.

1 cucharada colmada de harina de algarroba.

1 yogur natural.

100 gramos de leche entera.

80 gramos de aceite de girasol.

100 gramos de azúcar.

1 pizca de sal.

1 sobre de levadura química.

Empezamos preparando todos los ingredientes: los huevos, la leche y el yogur que estén a temperatura ambiente; la harina de garbanzos imprescindible tamizarla bien porque tiende a apelmazarse, al menos la mía, no sé si será porque en Asturias tenemos mucha humedad ambiental. También tamizamos la harina de algarroba. Pesamos el azúcar.

Y preparamos el molde; forramos la base y los laterales pequeños con papel de horno untado con un poco de aceite. Encendemos el horno a 200º.

Procedemos como con cualquier otro bizcocho: batimos los huevos y el azúcar hasta que espume bien; añadimos el aceite, batimos hasta integrar; ahora el yogur, la leche y la pizca de sal y seguimos batiendo. Hasta aquí tenemos una masa bastante líquida.

Ahora mezclamos los dos tipos de harina, con la levadura y la vamos agregando en  tres tandas; no añadimos más hasta que la anterior cantidad esté bien integrada.

Ponemos la masa en el molde y al horno, que lo bajamos de temperatura a 180º. El mío estuvo cincuenta minutos pero ya sabéis…pinchar en el centro y comprobar.

jueves, 7 de noviembre de 2024

Coles de Bruselas, con langostinos.


Ni os cuento el tiempo que me llevó a mí que me gustarán las coles de Bruselas. La primera vez que las probé me parecía imposible que alguien comiera “voluntariamente” semejante producto. No os voy a decir que sea mi verdura favorita pero sí que las compro, cocino y como, en invierno, con frecuencia.

Hoy con langostinos pero en el blog encontraréis varias recetas con distintos acompañamientos.


Necesitamos, para uno:

10/12 coles, dependiendo el tamaño.

5 ó 6 langostinos.

½ cebolla.

½ cucharada de harina.

Sal y aceite de oliva virgen.

Empezamos preparando un caldo con las cabezas de los langostinos: en una pota ponemos una cucharada de aceite y tostamos las cabezas; cubrimos con agua y dejamos hervir despacio, después de espumarlo, durante unos quince minutos. Colamos y reservamos.

Mientras quitamos las hojas exteriores a las coles y las escaldamos unos cinco minutos: deben ablandar algo pero no cocinarse totalmente, lo harán en la salsa.

Picamos la cebolla y la pochamos en dos cucharadas de aceite, con un poco de sal. Ponemos la harina y sofreímos.

Partimos las coles al medio y las juntamos con la cebolla pochada.


Añadimos un poco del caldo reservado y dejamos hervir suavemente hasta que estén tiernas, sin exceso. 



En ese momento ponemos los langostinos y dejamos dos o tres minutos más. Probamos de sal, pagamos y reservamos.

Como me había sobrado caldo, no mucho pero suficiente para cocer un pocillo de arroz lo utilicé para acompañar y así quedó un plato completo.

 

sábado, 2 de noviembre de 2024

Guiso de patatas y chipirones.


Hoy toca plato de cuchara que son, ya os lo he comentado varias veces, mis preferidos: hechos con antelación, reposados, para que se integren bien todos los sabores, calentitos y sabrosos.

Necesitamos:

Patatas, unos 200 gramos, por persona.

Chipirones, seis u ocho, por persona.

Para el sofrito: cebolla, pimiento verde y tomate rallado (o triturado de lata).

Sal, perejil y aceite de oliva virgen.


Empezamos poniendo en una cazuela tres o cuatro cucharadas de aceite con la cebolla, el pimiento picado y sal; dejamos que ablande y se ponga trasparente a fuego suave.

Añadimos el tomate y seguimos cocinando hasta que tengamos un sofrito espeso y, entonces, agregamos los chipirones. Subimos el calor y empezarán a soltar su juguito, tapamos. Si es necesario añadimos un poco de agua. Dejamos que se cocinen durante unos quince minutos, más o menos.

En ese tiempo pelamos las patatas y las partimos en trozos más bien grandes.

Las agregamos a la cazuela, cubrimos con el agua justa, para que nos quede una salsa espesa y dejamos cocer despacio hasta que todo el guiso esté blando.

Rectificamos la sal y dejamos reposar unos minutos y antes de servir ponemos un poco de perejil.

domingo, 27 de octubre de 2024

Magdalenas, con cacao.

 

Para el desayuno unas ricas magdalenas, estas con cacao puro de ahí su color.

No tengáis preocupación ninguna en preparar bizcochos o magdalenas caseras, siguiendo unos mínimos pasos salen perfectos; muchos más ricos que los comprados en el súper y también mucho más sanos, sin colorantes ni saborizantes artificiales, y más económicos. Además, si tenéis niños es una actividad que se puede compartir con ellos: pesar, medir, batir, repartir…y, al final, disfrutar.

Con estas cantidades hice 12 de entre 55 y 60 gramos.

Necesitamos:

200 gramos de harina.

30 gramos de cacao puro.

100 gramos de azúcar.

125 gramos de aceite de girasol.

150 gramos de leche entera.

½ sobre de levadura.

2 huevos grandes (o 3 medianos).

Una pizca de sal.

Empezamos forrando con las cápsulas de papel los moldes de silicona.

Ponemos el horno a calentar a 180º.

Batimos los huevos con el azúcar hasta que esté bien espumoso; añadimos el aceite y seguimos batiendo hasta integrar bien; ahora agregamos la leche. Nos queda una masa muy líquida.

Aparte tamizamos la harina, la levadura, el cacao y la pizca de sal y vamos añadiendo esta mezcla seca a la masa líquida, en tres veces homogeneizando bien antes de poner más.

Distribuimos la masa en los moldes, aproximadamente la misma cantidad en cada uno y nunca más de los ¾ de su capacidad.

Horneamos unos 15 minutos; este tiempo es orientativo: ya sabéis pincháis y comprobáis.

Dejamos enfriar. 


miércoles, 23 de octubre de 2024

Sopa de pollo con arroz y verduras.

 


Ahora que empieza a refrescar nos vienen bien este tipo de sopas sobre todo para las cenas, creo yo, ya que tomar algo caliente y sabroso por la noche nos deja satisfechos, sin digestiones pesadas y nos ayuda a dormir. Además da “sensación de hogar”, un poco cursi ha quedado esto último ¿o no?

Necesitamos:

Caldo de pollo: un esqueleto, cuatro alas y una zanca de pollo; un puerro y una zanahoria. Sal y aceite de oliva.

Zanahorias, coliflor y cebolla.

Arroz.

Sal, pimentón dulce y aceite de oliva virgen.

Empezamos preparando el caldo; lo primero será picar el puerro y la zanahoria y sofreírlo en dos cucharadas de aceite durante unos minutos para que ablanden un poco; ponemos la carne, cubrimos abundantemente de agua y a cocer durante una hora como mínimo.

Si tenemos tiempo dejamos enfriar para desgrasarlo, bien sino con un cucharón quitamos la grasa que sube a la superficie, ya que sobre todo las alas suelen tener.

El caldo que nos sobre lo podemos congelar para otra preparación

Para hacer la sopa ponemos otras dos cucharadas de aceite en una cazuela y sofreímos la cebolla, la zanahoria y la coliflor, todo picado en trocitos pequeños ya que es una sopa; después de ocho o diez minutos añadimos el arroz, media cucharilla de pimentón y sal.



Cubrimos con el caldo caliente y dejamos cocer despacio unos quince minutos que será lo que necesite el arroz para estar en su punto.

Probamos de sal y servimos.

miércoles, 16 de octubre de 2024

Potaje de verduras.

Este plato es ligero, saciante y muy nutritivo; perfecto para la cena ahora que ya empieza a refrescar.

Es vegano aunque podéis modificarlo, a vuestro gusto, añadiendo huevo cocido y/o unos taquitos de jamón serrano. También podéis hacerlo más completo, para tomar como plato único, en la comida, añadiéndole unos garbanzos cocidos.

Necesitamos verduras, hortalizas…variadas; las que tengamos, ninguna es imprescindible y ninguna sobra.

El único requisito es cocinarlas en el momento adecuado según el tiempo de cocción que necesite cada una.

Yo puse… lo que había en la nevera (es un plato muy adecuado para vaciar el cajón de las verduras): ajos, cebolla, zanahorias, fréjoles (judías verdes), patatas, champiñones y brócoli.

Podemos cambiar las patatas por nabo, ahora empieza la temporada: el brócoli por romanesco; la cebolla por puerro; podemos añadir pimiento rojo y/o verde, alcachofas, berenjena…

Además necesitamos sal, pimentón dulce, cúrcuma y aceite de oliva virgen.

Empezamos lavando, pelando y picando todas las verduras que vayamos a utilizar.

En una pota ponemos dos o tres cucharadas de aceite (como vamos a usar poca cantidad, en la medida que cada uno pueda, es mejor usar un buen aceite de oliva virgen) y añadimos los dientes de ajo para que aromaticen, sin llegar a dorarse; ponemos la cebolla con un poco de sal y dejamos que se poche hasta que empiece a ablandar.

Agregamos la zanahoria y sofreímos dos o tres minutos más.

Ponemos los champiñones partidos en cuatro, los fréjoles y las patatas (en trozos pequeños).

Un poquito de pimentón dulce y otro poco de cúrcuma; revolvemos para que todo es impregne. Salamos.

Cubrimos con el agua justa para que no quede muy caldoso.

Cocemos despacio unos diez o doce minutos, aunque lo mejor es probar para comprobar.

Por últimos añadimos el brócoli que necesita muy poca cocción.

Probamos de sal; dejamos reposar unos minutos y servimos.


sábado, 12 de octubre de 2024

Torta de manzana.


Fácil, fácil, fácil...

Para el desayuno… o la merienda, si sois de merendar.



Necesitamos:

Manzanas ¿cuántas? No lo sé. Depende del tamaño. Yo aproveche las manzanas, de la huerta de C y C, que tenían algún pequeño defecto, algún golpe o machacón. Después de pelar y picar eran 265 gramos. Además usé una manzana “perfecta” para la decoración.

2 huevos medianos.

170 gramos de leche.

180 gramos de harina.

8 gramos, medio sobre, de levadura química.

110 gramos de azúcar.

Unas cucharadas de mermelada de albaricoque o de melocotón.

Empezamos batiendo, en el vaso de la batidora, las manzanas peladas y picadas, el azúcar, los huevos, la leche y la harina mezclada con la levadura y tamizada.

Nos quedará una masa uniforme no muy espesa.

La ponemos en el molde; yo usé uno desmontable forrado con un papel de horno (que humedezco y arrugo para que se adapte bien)

Cubrimos con lonchas de manzana (de la manzana bonita, jajaja)

Metemos al horno precalentado a 180 grados durante unos 45/50 minutos.

Dejamos templar antes de desmoldarla y la “pintamos” con la mermelada.

miércoles, 9 de octubre de 2024

Albóndigas de merluza (y langostinos) con salsa de sidra.

 

Es este un plato muy sencillo y poco laborioso perfecto para comer pescado, especialmente por los niños y personas mayores, sin el riesgo a las espinas.

Podemos hacer dos versiones, no muy diferentes en la elaboración pero sí en el precio; podemos usar merluza fresca y langostinos o filetes de merluza congelada y prescindir de los langostinos. Cada cocinero sabrá lo que más le conviene.

Necesitamos para cuatro:

500 gramos, aproximadamente, de merluza.

4, 6 u 8 langostinos, dependiendo del tamaño.

1 huevo.

½ cebolla grande.

½ vaso de sidra natural (no sidra achampanada) o vino blanco.

Caldo de pescado.

Sal, harina, pan rallado, perejil y unas hebras de azafrán.

Aceite de oliva virgen.

Empezamos preparando la merluza: con la cabeza y las espinas hacemos un caldo. Reservamos. Picamos los filetes de merluza, a cuchillo; no importa si no queda muy regular, si quedan pequeños trozos, incluso puede ser mejor.

Pelamos los langostinos y también los picamos. Mezclamos con la merluza.

Adobamos con el huevo batido, que aglutinará la mezcla, sal y con un poco de pan rallado (solo lo justo, para no secar la masa). Hacemos las albóndigas, pequeñas de unos 30 gramos y las freímos.

Preparamos la salsa: con una pequeña parte del aceite que hemos usado para freír las albóndigas sofreímos la cebolla. En un vaso de caldo de pescado, muy caliente, infusionamos las hebras del azafrán. Cuando la cebolla esté tierna añadimos ½ cucharada de harina, la freímos y ponemos la sidra; agregamos el vaso de caldo, salamos y dejamos hervir suavemente durante unos minutos.

Ponemos las albóndigas y cocemos 3 ó 4 minutos, no es necesario más ya que son pequeñas y ya están fritas.

Picamos el perejil y lo añadimos en el momento se servir.

lunes, 17 de junio de 2024

Cerrado por vacaciones.

Esta última receta es la entrada número 1.ooo del blog. Nunca esperé, cuando empecé, que llegaría tan lejos. Todo lo más pensaba hacer un recetario familiar con algunas innovaciones, algún plato nuevo, alguna presentación más cuidada.

Lo he pasado muy bien leyendo, cocinando y degustando recetas pero creo que ahora es el momento de parar, quizá no definitivamente pero si un tiempo, para coger aire y hacer un nuevo enfoque.

Me tomo unas vacaciones con la idea de, en otoño si estoy animada y con nuevas ideas, volver por aquí.

Gracias a todas y todos los que alguna vez me habéis visitado y espero haber sido de alguna utilidad.

Besos.

sábado, 15 de junio de 2024

Bonito (o bacalao) “á Gómes de Sá”.

Ya sé que es una receta portuguesa de bacalao, que no se enfade nadie. Pero yo, atrevida que soy, decidí cambiar el bacalao por bonito fresco, que ya empieza a llegar a las pescaderías del Cantábrico.

Con bacalao tiene que quedar espectacular pero, os aseguro, que con bonito no desmerece nada.

Además de fácil de hacer, es un plato único, muy completo con una ensalada y postre. Eso si no te has puesto a tope del pescado y las patatitas.

Necesitamos para dos:

Bonito fresco, en rodaja o el solomillo.

2 cebollas dulces medianas.

2 patatas medianas.

2 huevos cocidos.

8 aceitunas negras.

Sal y aceite de oliva virgen extra.

Empezamos cociendo las patatas enteras con piel; dependiendo del tamaño más o menos tiempo las mías unos 20 minutos a fuego medio. Escurrimos y dejamos templar.

También cocemos los huevos y reservamos.

Picamos las cebollas en juliana y las pochamos, a calor suave con sal y dos cucharadas de aceite hasta que estén muy melosas pero sin llegar a coger mucho color.

Pelamos y partimos las patatas en rodajas de 1 centímetro, más o menos; sacamos la cebolla y en la misma sartén, con una cucharada más de aceite y calor fuerte ponemos las patatas un par de minutos por cada lado.

Precalentamos el horno a 200º

Pasamos a una fuente de horno las patatas y la cebolla.

Seguimos en la misma sartén: cocinamos un minuto por cada lado los trozos de bonito; los pasamos a la fuente de horno con las aceitunas.

Horneamos todo junto unos cinco minutos, máximo, aunque depende un poco del grosor del pescado; es mejor quedarse corta que secar el bonito.

Adornamos con los huecos cocidos (y un poco de perejil, si tenéis) y listo.

domingo, 26 de mayo de 2024

Paté de sardinas.


Lo primero es lo primero y lo primero, en este caso, es “presumir” de mis platitos de cerámica; en realidad formaban parte de otro proyecto pero por “circunstancias ajenas a mi voluntad” acabaron en platitos de aperitivo. Si no habéis probado a hacer cerámica y tenéis la oportunidad no dejéis de intentarlo; amasar barro, para crear algo con tus propias manos, aunque sea un platito, tiene auténtica magia.



Vamos con el paté. Puede ser un aperitivo o un segundo dependiendo de la cantidad y de qué lo acompañéis.

Necesitamos:

Una lata de sardinillas en aceite de oliva.

Una lata pequeña de bonito en aceite de oliva.

3 huevos M

300 ml de leche; podéis usar nata pero con leche quedan muy bien y son más ligeros.

2 ó 3 pimientos del piquillo de lata.

2 ó 3 cucharadas de tomate frito casero, si puede ser, con su cebolla, ajo, tomate, aceite de calidad y su chup, chup.

Sal y pimienta.

Es tan fácil como escurrir bien las conservas quitándoles el aceite y las ponemos en el vaso de la batidora con…todo lo demás: huevos, leche (o nata), pimientos, salsa de tomate, sal y pimienta. Batimos hasta hacer una mezcla homogénea.

Rellenamos los moldes individuales o uno grande; yo usé moldes de silicona que no necesitan encamisarse.

Los ponemos al baño María, a 180º hasta que estén cuajados. Dejamos templar o mejor enfriar antes de desmoldar.

Los servimos con un poco de salsa de tomate o mayonesa y panecillos tostados.

lunes, 29 de abril de 2024

Chipirones en salsa de cebolla.


Hoy vamos a cocinar, y a disfrutar, un plato de chipirones en salsa acompañados de arroz blanco.


Plato fácil, relativamente rápido de hacer aunque la cebolla necesita tiempo para pocharse bien y convertirse en un manjar dulce y sabroso, y bastante económico si utilizamos chipirones congelados que para esta preparación resultan muy adecuados.

Necesitamos:

8 chipirones por persona, aunque pueden ser más o menos dependiendo de la persona.

2 cebollas dulces medianas.

½ pimiento rojo.

2 dientes de ajo.

1 chupito de güisqui.

Una hoja de laurel.

Sal y aceite de oliva virgen extra.


Empezamos poniendo dos o tres cucharadas de aceite y la hoja de laurel, en una cazuela amplia; primero ponemos los dientes de ajo picados a freír y cuando empiecen a “bailar” añadimos las cebollas partidas con una pizca de sal; dejamos que se vaya pochando a temperatura baja, dándole vueltas de vez en cuando; cuando la cebolla empiece a ablandar subimos un poco el calor y agregamos el pimiento rojo pelado.

Dejamos que se poche todo junto.


Mientras en otra sartén ponemos una cucharada de aceite y freímos, a fuego fuerte, los chipirones, más o menos un minuto por cada lado.


Pasamos los chipirones a la cazuela donde estamos haciendo la salsa y en la sartén añadimos el güisqui, dejamos hervir unos segundos y lo agregamos a la cazuela.

Ponemos ½ vaso de agua, tapamos y dejamos cocer despacio hasta que estén tiernos.


Lo podemos acompañar con arroz blanco o con patatas fritas.

Y de postre tarta de manzana fácil.



(siento las fotos tan, tal malas).