sábado, 1 de noviembre de 2025

Samaín


 https://ceradeberaja.blogspot.com/2017/10/panellets-empinonados.html


https://ceradeberaja.blogspot.com/2021/02/magdalenas-de-calabaza-y-chocolate.html



domingo, 5 de octubre de 2025

Magdalenas de zanahoria y canela.


No nos dejemos engañar por el título: ¿zanahoria? sí, pero también azúcar, harina refinada…en fin, un pequeño pecado.


Necesitamos:

3 huevos medianos.

220 gramos de harina.

½ sobre de levadura.

80 gramos de azúcar.

100 gramos de aceite de girasol.

100 gramos de leche.

100 gramos de zanahoria rallada.

Canela, al gusto.



Empezamos pesando todos los ingredientes.

Ponemos a precalentar el horno a 200º. Preparamos los moldes con la cápsula de papel.

Rallamos la zanahoria y reservamos.

Mezclamos la harina, con la levadura, la canela y una pizca de sal; pasamos por un colador. Reservamos.

Batimos los huevos, que tienen que estar a temperatura ambiente. Añadimos el azúcar y seguimos batiendo hasta que la mezcla esté bien espumosa.

Agregamos el aceite y la leche; después de cada nuevo ingrediente volvemos a batir para integrarlo.

Ahora ponemos la harina. Y por último la zanahoria, mezclamos bien.

Rellenamos los moldes sin llegar al tope, como unas tres cuartas partes.

Metemos la bandeja en el horno y bajamos la temperatura a 180º. A partir de los 15 minutos vigilamos para sacarlas cuando estén doradas.

Dejamos enfriar sobre una rejilla.

viernes, 26 de septiembre de 2025

Merluza con compañía y truco.

 


¡Y vaya compañía! Un poco de todo, o de casi todo, hasta hacer de unos simples lomos de merluza congelada un plato súper sabroso y completo.


Cuando vives, al menos una gran parte del año, en un pueblo pequeño necesitas tener el congelador bien surtido porque no siempre puedes desplazarte a comprar. Os lo cuento porque sé que hay muchos que suspiráis por la vida en el campo, pero también hay algunos inconvenientes y hay que tener previsión para no verte en un apuro.

Bueno ahora ya me toca ir vaciando el congelador y hoy le tocó el turno a los lomos de merluza.



Necesitamos para dos:

6 lomos de merluza congelada (una caja).

2 patatas medianas.

1 cebolla y/o puerro.

2 ó 3 dientes de ajo.

2 zanahorias.

Brócoli.

Unos champiñones Portobello.

Sal, aceite de oliva virgen extra y perejil.

1 cucharilla de Ras-el-Hanout (optativo).

Empezamos poniendo en una cazuela amplia 3 ó 4 cucharadas de aceite, los ajos y la cebolla, todo picado y lo vamos pochamos a fuego lento.

Pelamos las zanahorias y las partimos en bastones; las añadimos a la cazuela y seguimos cocinando.

Cuando todo está blando, sin llegar a coger color ponemos las patatas partidas en rodajas, el Ras-el –Hanout y sal; cubrimos con agua y dejamos cocer lentamente.

Picamos el brócoli en ramitos pequeños; limpiamos los champiñones y los partimos.

Cuando las patatas, al pincharlas no ofrezcan resistencia añadimos el brócoli y los champiñones, con su poquito de sal.

Dejamos tres o cuatro minutos y, por último, ponemos el pescado salado; a fuego suave unos cinco minutos más será suficiente.

Servimos en un larguero y salpicamos con el perejil fresco.

Este guiso queda con muy poca salsa ya que solo ponemos el agua justa para cubrir las patatas y se consume en su mayoría si os gusta más caldoso añadís más agua con las patatas.

Yo usé zanahoria, brócoli, champiñones pero nada es imprescindible: ¿una guindilla para darle el toque picante? guisantes, espárragos, judías verdes en tiras estrechas…lo que tengáis en la nevera.


TRUCO: si os sobra parte del guiso podéis aprovecharlo al día siguiente con pasta, la que queráis.

Se parten los trozos de pescado ¡sin patata! y se ponen a calentar.

Aparte se pone a cocer pasta de la siguiente manera: cocer en agua y sal y a media cocción (si necesita 8 minutos a los 4 minutos) se saca y se echa en la cazuela del pescado; se puede añadir un poco de agua de cocer la pasta y se deja cocer hasta completar el tiempo.

Mitad del tiempo se cuece en agua con sal y la otra mitad en la salsa del guiso que queremos aprovechar, añadiendo un poquito de agua si es necesario.

La pasta cogerá los sabores de la salsa y quedará mucho más rica.



martes, 23 de septiembre de 2025

Bizcocho de yogur con avena.


Cuando llega el 1º de enero yo no soy de las que hacen propósitos, no quiero aprender inglés, no quiero renunciar a las cervezas ni a los vinos, no quiero… cambiar nada.

Sin embargo llega septiembre y ¡oh la,la! necesito renovarme, caminar más pasos, hacer más sentadillas (bueno unas pocas más, no muchas más), suprimir el embutido de la cena… Cosas así.

Este año me acordé de la avena, que la tenía un poco olvidada; así llevo unos días desayunando avena con canela y plátano o con manzana o con frutos secos o…en fin ya os hacéis una idea. 

Investigad un poco, si tenéis curiosidad, sobre este cereal que tan poco consumimos y parece tan lleno de nutrientes.

Este bizcocho se basa en el tradicional de yogur solo que tiene mezcla de harina de trigo con copos de avena un poco molidos por lo que tiende a desmigarse.



Necesitamos:

3 huevos grandes o cuatro medianos.

80 gramos de azúcar.

80 gramos de aceite de girasol.

1 yogur natural.

120 gramos de copos de avena ecológicos.

100 gramos de harina de trigo.

1 sobre de levadura química, tipo Royal o similar.

Una pizca de sal.

Empezamos triturando los copos de avena con un robot o un molinillo; no es necesario dejarlos en harina, pueden conservar algo de textura.

Batimos los huevos con el azúcar y la pizca de sal hasta que esté la mezcla esponjosa.

Vamos añadiendo el resto de los ingredientes, mezclando bien uno antes de añadir el siguiente; el aceite, el yogur, la avena y la harina tamizada con la levadura. Mezclamos bien y dejamos reposar la masa unos minutos, para que se hidrate la avena.

Calentamos el horno a 200º. Cuando metamos el bizcocho bajamos a 180º; en unos 30/35 minutos estará pero pinchadlo para comprobar. 


                      ¡Buen desayuno o merienda!


sábado, 20 de septiembre de 2025

Ensalada de judías verdes y zanahorias con langostinos.


Judías verdes, fréjoles, vainas…no sé como las llamáis en vuestra zona; lo importante es que su temporada ya está finalizando, empieza a ser difícil encontrarlas frescas de cercanía.

Preparé una ensalada que, para mí, con el postre es plato único pero puede no ser suficiente para otra persona.

La aderecé con una vinagreta de mostaza y alcaparras que aporta el sabor que este plato necesita ya que, como podéis imaginar las verduras al vapor no tienen mucho.



Necesitamos para uno, como plato único:

200 gramos de judías verdes.

150 gramos de zanahorias.

12 langostinos cocidos pequeños.

Para la vinagreta: una cucharada de mostaza, un buen chorro de aceite de oliva virgen extra, vinagre de Jerez y alcaparras.

Empezamos quitando los extremos y los laterales a las judías verdes; las partimos en trozos de unos cinco centímetros y cada trozo al medio a lo largo: nos quedan unas tira finas que se van a cocinar al vapor en pocos minutos.

Pelamos las zanahorias y también las partimos en bastones delgados y hacemos al vapor.

Reservamos las verduras.

Yo utilicé langostinos que compré ya cocidos; solo tuve que pelarlos y reservar. Estos no son de tamaño grande, si los vuestros son mayores revisar la cantidad.

Preparamos la vinagreta:


Mostaza, aceite de oliva virgen extra, vinagre y sal.

Batimos para que emulsione.

Agregamos alcaparras.

Montamos la ensalada y la aliñamos en el último momento.



lunes, 8 de septiembre de 2025

Guiso de patatas y champiñones.

 


Un plato con ingredientes humildes y, sin embargo, un gran plato, sabroso y perfecto para tomar como primero. Más espeso, sin apenas caldo puede servirnos de guarnición.



Necesitamos para dos:

4 patatas medianas, unos 350 gramos.

Una bandeja de champiñones. Yo en esta ocasión he usado champiñón Portobello.

1 cebolla mediana.

Caldo de verduras o agua.

Sal, azafrán y aceite de oliva virgen extra.

Empezamos limpiando bien los champiñones, si es imprescindible los pasamos por debajo del grifo aunque como último recurso, ya que debemos intentar no mojarlos. Les quitamos el pie y partimos el sombrero en dos o cuatro trozos dependiendo del tamaño.

Pelamos las patatas y también las partimos en dos o cuatro trozos.

Pelamos la cebolla y la picamos.

En la cazuela ponemos unas cucharadas de aceite con la cebolla y los pies de los champiñones. Cocinamos hasta que esté transparente.

Añadimos las patatas, el azafrán y los champiñones, mezclamos bien y dejamos unos minutos.


Agregamos el caldo, poco, lo justo para que cubra escasamente el guiso, ya que los champiñones soltarán su agua.

Salamos y dejamos cocer a fuego suave hasta que las patatas estén tiernas. Dependiendo de la clase y del tamaño entre 20 minutos y media hora.

Servimos caliente.


domingo, 31 de agosto de 2025

Bonito encebollado, al vino tinto.

 



Con esta receta vamos a despedir, bien el mes de agosto y damos la bienvenida a septiembre que el pobre no tiene la culpa de ser el mes de vuelta a la rutina, al cole, a las prisas…

Lo hacemos con bonito, que es el indiscutible rey de la cocina asturiana durante el verano: la temporada es corta y hay que aprovecharla.

Ya sabéis que el “truco” para cocinarlo es NO hacerlo demasiado, lo justo tirando a escaso para que no se seque. En el blog hay varias recetas de bonito.

Necesitamos:

Unos medallones de lomo de bonito.

2 cebollas.

2 dientes de ajo.

½ pimiento rojo.

½ vaso de vino tinto.

1/2 cucharilla de harina.

Sal, laurel y aceite de oliva virgen extra.

Empezamos poniendo en una cazuela amplia, donde quepa todos los trozos sin superponerse, tres cucharadas de aceite.

Salamos el bonito y lo freímos 1 minuto por cada lado. Sacamos y reservamos.

En la misma cazuela añadimos los dientes de ajo picados, el laurel y la cebolla, con una pizca de sal; mezclamos bien y, a calor muy suave, lo cocinamos, dando vueltas de vez en cuando durante unos 20/25 minutos. Pasados los primeros 10 minutos añadimos el pimiento y seguimos cocinando.


Cuando la cebolla está melosa espolvoreamos un poco de harina y la cocinamos; agregamos el vino, dejamos un minuto a fuego vivo y ponemos como ¼ de vaso de agua.

Dejamos cocinar unos cinco minutos y ponemos el bonito para que se termine de cocer durante un minuto más; apartamos y dejamos reposar. Con el calor del guiso será suficiente.

Si vuestros tacos fuesen muy gruesos aumentad un poco el tiempo de cocción.

Podéis cambiar el vino tinto por blanco o por sidra natural (no achampanada) pero esta vez me apeteció hacerlo con tinto que además de aroma aporta otro color.


jueves, 28 de agosto de 2025

Pastel de hojaldre con calabacín y tomates secos.

 


Esta sencilla receta nos puede sacar de un apuro cuando tenemos que improvisar un aperitivo o una merienda ya que se hace con ingredientes que podemos fácilmente tener en casa.

Perfecto para una merienda-cena de picoteo, para llevar al campo o, simplemente, para acompañar una botella de sidra o una caña. 

El relleno tiene un sabor muy suave por lo que el toque del tomate seco le va muy bien.

Necesitamos:

1 patata mediana.

1 cebolla mediana.

1 calabacín no muy grande.

Unos tomates secos en aceite.

Una lámina de hojaldre rectangular.

Sal, pimienta negra y aceite de oliva virgen extra.

Empezamos pelando la patata y la cebolla y partiéndolas en rodajas finas; en una sartén ponemos dos cucharadas de aceite y, a fuego muy bajo, vamos pochándolas.

Cuando empiecen a ablandar añadimos el calabacín, salamos y seguimos pochando lentamente.

Reservamos, ponemos un poco de pimienta negra y dejamos enfriar. Es muy importante que cuando vayamos a ponerlo en el hojaldre esté completamente frío.


Encendemos el horno siguiendo las instrucciones del hojaldre.

Extendemos la lámina y sobre una mitad ponemos el relleno que hemos reservado con los tomates secos en trocitos. Se pueden sustituir por queso rallado.


Tapamos con la otra mitad y horneamos hasta que esté cocido y dorado.


viernes, 22 de agosto de 2025

Croquetas de garbanzos y coliflor.


Aunque sea verano tenemos que seguir comiendo legumbres; en ensaladas, en patés vegetales o… en croquetas.


Necesitamos para unas 10 croquetas grandes:

120 gramos de garbanzos secos.

2 zanahorias (no las usaremos para las croquetas pero los garbanzos tendrán mejor sabor).

1 coliflor pequeña.

Pan rallado.

1 huevo.

Sal, una hoja de laurel y aceite de oliva virgen extra.

Empezamos poniendo la noche anterior los garbanzos a remojo; por la mañana los escurrimos y los ponemos a cocer con las zanahorias y el laurel. (Podemos aprovechar para cocer mayor cantidad, congelar y utilizar en otra preparación con las zanahorias)

Mientras se cuecen los garbanzos preparamos la coliflor: la separamos en ramitos y la cocemos al vapor o en el horno; hervirla en agua coge más humedad y eso no nos conviene.

Cuando los garbanzos estén tiernos los pasamos por el pasapuré, sin nada de caldo; pasamos igualmente la coliflor y mezclamos; hacemos una masa uniforme y probamos de sal.

Reservamos hasta que esté totalmente frío; además con el reposo la masa coge “cuerpo”.

Preparamos un plato con pan rallado y batimos un huevo.

Con ayuda de dos cucharas damos forma a las croquetas y las pasamos por pan rallado, huevo y pan rallado.

Las freímos hasta que se doren y sacamos a un papel absorbente. 



Sugerencia de mi “santo”: si a la masa añadís unos trocitos de jamón o de chorizo frito…en fin, todo es válido.


jueves, 14 de agosto de 2025

Ensalada de tartar de tomate con queso azul.

 

Lo que os cuento hoy casi, casi no es una receta es más bien un cuento; sin hadas ni dragones pero con una brujaaaa…yo.

La historia empezó así:

Hoy mi frutera, entusiasmada, me dijo nada más que entré en su establecimiento: “tengo tomates kilómetro 0”.


A mi me apeteció hacer un chiste malo (¿los has cultivado en la trastienda?) pero me contuve a tiempo y le dije que me pusiera dos ni grandes ni pequeños, ni demasiado duros ni demasiado maduros, ni mucho ni poco de nada.

Me los traje a casa y ahí empezó el martirio para el pobre tomate.

Lo primero, lavarlos bien bajo el grifo.

Lo segundo hacerles una cruz con un cuchillo bien afilado en el lado contrario al del pedúnculo.

Y seguido meterlos, durante unos 30 segundos en agua hirviendo.

Del agua hirviendo a un baño de agua helada con hielos.

¡Acabábamos de empezar!

Cuando el pobre tomate dejó de quemarme las manos, generoso él, pasé a despellejarlo…así como suena. Podía ser más fina de deciros que le quité la piel pero en realidad el resultado es el mismo.


Ahora “lo pasamos a cuchillo”, dicho fino lo partir a trocitos.

Para que no se sintiera tan solo ni pensara que era algo personal contra él piqué media cebolleta.

Unas alcaparras para hacerles compañía; sal y un chorro de aceite de oliva virgen extra.

Lo servimos con unas hojas de lechuga, que también lavé y partí a trocitos, unos pedazos de queso azul y su correspondiente sal y aceite.

¿Queso? que más os guste pero mejor un queso asturiano, también de kilómetro 0.

Y colorín, colorado aquí acaba el cuento del tomate que hoy cayó en mis manos.



Y como soy la bruja mala del cuento os diré que disfruté cada paso, jajaja.

martes, 12 de agosto de 2025

Tiras de pechuga de pollo empanadas, con guarnición.

 


¡Pechuga de pollo! ese alimento tan básico, que se cocina de muchas formas distintas, que nos saca de muchos apuros, que nos proporciona una comida o cena rápida…y que, a mí no me gusta demasiado.

Normalmente la disfrazo un poquito para que tenga más sabor y la acompaño con verduras y ensaladas para hacer un plato único y completo.

Necesitamos para dos:

½ pechuga de pollo cortada en filetes y después en tiras*.

Jengibre fresco.

Salsa de soja.

Pan rallado.

Guarnición:

2 patatas medianas.

1 calabacín.

Pimientos del piquillo de bote.

Aceite de oliva virgen extra.

Empezamos adobando la carne que necesita un tiempo de reposo: rallamos el jengibre, añadimos salsa de soja y con esa mezcla untamos bien las tiras de pollo. Cubrimos con  film y dejamos reposar en la nevera.

Cocemos las patatas enteras, con piel, en agua con sal durante unos 20 minutos a fuego medio; para saber que están las pichamos en el centro con una brocheta y levantamos, si caen es que están. Reservamos.

Lavamos el calabacín y lo partimos a lo largo; lo vamos a hacer a la plancha a la vez que freímos el pollo.

Sacamos el pollo de la marinada y lo pasamos por abundante pan rallado; no ponemos sal porque la salsa de soja ya lo habrá salado.

Lo freímos a fuego fuerte hasta que esté dorado; lo sacamos a papel absorbente.

A la vez ponemos el calabacín y los pimientos del piquillo en la plancha, pincelados con aceite, para que se cocinen.

Ya solo nos queda emplatar la guarnición, echando un chorrito de aceite a las patatas y unas piedras de sal gruesa, con la carne.



*Yo pido en la carnicería que me hagan los filetes; los envuelvo en film y los congelo. El día que los necesito los saco del congelador y antes de que estén totalmente descongelados los parto en tiras: así resulta muy fácil.

viernes, 8 de agosto de 2025

Berenjenas hasselback con bacaladas fritas.

 




Necesitamos para dos:

2 berenjenas.

½ cebolla.

1 tomate mediano.

1 lata de anchoas en aceite.

Orégano.

Pan rallado.

Empezamos lavando las berenjenas y partiéndolas de la siguiente manera: quitamos el extremo del rabo; las atravesamos con una brocheta, todo a lo largo, como a un centímetro del borde; ahora las vamos partiendo en rodajas de 1 centímetro, más o menos, sin llegar abajo ya que la brocheta nos lo impide.



Salamos y las metemos en el horno precalentado a 180º durante unos 15 minutos para que pierdan rigidez y sea más fácil rellenarlas.

Mientras partimos la cebolla y el tomate en rodajas.



En las aberturas metemos cebolla o tomate con una anchoa; por encima repartimos el orégano.



Volvemos a meter en el horno unos 40 minutos dependiendo un poco del tamaño. Si se doran demasiado cubrimos con papel de aluminio.

Pasado ese tiempo ponemos un poco de pan rallado por encima y gratinamos. Este paso es optativo.