https://ceradeberaja.blogspot.com/2017/10/panellets-empinonados.html
"Cocinar exige una cabeza ligera, un talante generoso y un corazón grande" Paul Gauguin.
sábado, 1 de noviembre de 2025
domingo, 5 de octubre de 2025
Magdalenas de zanahoria y canela.
No nos dejemos engañar por el título: ¿zanahoria? sí, pero también azúcar, harina refinada…en fin, un pequeño pecado.
Necesitamos:
3 huevos
medianos.
220
gramos de harina.
½ sobre
de levadura.
80
gramos de azúcar.
100
gramos de aceite de girasol.
100
gramos de leche.
100
gramos de zanahoria rallada.
Canela,
al gusto.
Empezamos
pesando todos los ingredientes.
Ponemos
a precalentar el horno a 200º. Preparamos los moldes con la cápsula de papel.
Rallamos
la zanahoria y reservamos.
Mezclamos
la harina, con la levadura, la canela y una pizca de sal; pasamos por un
colador. Reservamos.
Batimos
los huevos, que tienen que estar a temperatura ambiente. Añadimos el azúcar y
seguimos batiendo hasta que la mezcla esté bien espumosa.
Agregamos
el aceite y la leche; después de cada nuevo ingrediente volvemos a batir para
integrarlo.
Ahora
ponemos la harina. Y por último la zanahoria, mezclamos bien.
Rellenamos
los moldes sin llegar al tope, como unas tres cuartas partes.
Metemos
la bandeja en el horno y bajamos la temperatura a 180º. A partir de los 15
minutos vigilamos para sacarlas cuando estén doradas.
Dejamos
enfriar sobre una rejilla.
viernes, 26 de septiembre de 2025
Merluza con compañía y truco.
¡Y vaya compañía! Un poco de todo, o de casi todo, hasta hacer de unos simples lomos de merluza congelada un plato súper sabroso y completo.
Cuando vives,
al menos una gran parte del año, en un pueblo pequeño necesitas tener el
congelador bien surtido porque no siempre puedes desplazarte a comprar. Os lo
cuento porque sé que hay muchos que suspiráis por la vida en el campo, pero también
hay algunos inconvenientes y hay que tener previsión para no verte en un apuro.
Bueno
ahora ya me toca ir vaciando el congelador y hoy le tocó el turno a los lomos
de merluza.
Necesitamos
para dos:
6 lomos
de merluza congelada (una caja).
2
patatas medianas.
1
cebolla y/o puerro.
2 ó 3
dientes de ajo.
2
zanahorias.
Brócoli.
Unos champiñones
Portobello.
Sal,
aceite de oliva virgen extra y perejil.
1
cucharilla de Ras-el-Hanout (optativo).
Empezamos
poniendo en una cazuela amplia 3 ó 4 cucharadas de aceite, los ajos y la
cebolla, todo picado y lo vamos pochamos a fuego lento.
Pelamos las
zanahorias y las partimos en bastones; las añadimos a la cazuela y seguimos
cocinando.
Cuando todo
está blando, sin llegar a coger color ponemos las patatas partidas en rodajas,
el Ras-el –Hanout y sal; cubrimos con agua y dejamos cocer lentamente.
Picamos el
brócoli en ramitos pequeños; limpiamos los champiñones y los partimos.
Cuando las
patatas, al pincharlas no ofrezcan resistencia añadimos el brócoli y los
champiñones, con su poquito de sal.
Dejamos tres
o cuatro minutos y, por último, ponemos el pescado salado; a fuego suave unos
cinco minutos más será suficiente.
Servimos
en un larguero y salpicamos con el perejil fresco.
Este guiso
queda con muy poca salsa ya que solo ponemos el agua justa para cubrir las
patatas y se consume en su mayoría si os gusta más caldoso añadís más agua con
las patatas.
Yo usé
zanahoria, brócoli, champiñones pero nada es imprescindible: ¿una guindilla
para darle el toque picante? guisantes, espárragos, judías verdes en tiras
estrechas…lo que tengáis en la nevera.
TRUCO:
si os sobra parte del guiso podéis aprovecharlo al día siguiente con pasta, la
que queráis.
Se parten
los trozos de pescado ¡sin patata! y se ponen a calentar.
Aparte se
pone a cocer pasta de la siguiente manera: cocer en agua y sal y a media cocción
(si necesita 8 minutos a los 4 minutos) se saca y se echa en la cazuela del
pescado; se puede añadir un poco de agua de cocer la pasta y se deja cocer hasta
completar el tiempo.
Mitad del
tiempo se cuece en agua con sal y la otra mitad en la salsa del guiso que
queremos aprovechar, añadiendo un poquito de agua si es necesario.
La pasta
cogerá los sabores de la salsa y quedará mucho más rica.
martes, 23 de septiembre de 2025
Bizcocho de yogur con avena.
Cuando llega
el 1º de enero yo no soy de las que hacen propósitos, no quiero aprender
inglés, no quiero renunciar a las cervezas ni a los vinos, no quiero… cambiar nada. 
Sin embargo
llega septiembre y ¡oh la,la! necesito renovarme, caminar más pasos, hacer más
sentadillas (bueno unas pocas más, no muchas más), suprimir el embutido de la
cena… Cosas así.
Este año me acordé de la avena, que la tenía un poco olvidada; así llevo unos días desayunando avena con canela y plátano o con manzana o con frutos secos o…en fin ya os hacéis una idea.
Investigad un poco, si tenéis curiosidad, sobre este cereal
que tan poco consumimos y parece tan lleno de nutrientes.
Este bizcocho
se basa en el tradicional de yogur solo que tiene mezcla de harina de trigo con
copos de avena un poco molidos por lo que tiende a desmigarse.
Necesitamos:
3 huevos
grandes o cuatro medianos.
80
gramos de azúcar.
80
gramos de aceite de girasol.
1 yogur
natural.
120
gramos de copos de avena ecológicos.
100
gramos de harina de trigo.
1 sobre
de levadura química, tipo Royal o similar.
Una pizca
de sal.
Empezamos
triturando los copos de avena con un robot o un molinillo; no es necesario
dejarlos en harina, pueden conservar algo de textura.
Batimos los
huevos con el azúcar y la pizca de sal hasta que esté la mezcla esponjosa.
Vamos añadiendo
el resto de los ingredientes, mezclando bien uno antes de añadir el siguiente;
el aceite, el yogur, la avena y la harina tamizada con la levadura. Mezclamos bien
y dejamos reposar la masa unos minutos, para que se hidrate la avena.
Calentamos el horno a 200º. Cuando metamos el bizcocho bajamos a 180º; en unos 30/35 minutos estará pero pinchadlo para comprobar.
                      ¡Buen
desayuno o merienda!
sábado, 20 de septiembre de 2025
Ensalada de judías verdes y zanahorias con langostinos.
Judías verdes,
fréjoles, vainas…no sé como las llamáis en vuestra zona; lo importante es que
su temporada ya está finalizando, empieza a ser difícil encontrarlas frescas de
cercanía.
Preparé una
ensalada que, para mí, con el postre es plato único pero puede no ser
suficiente para otra persona.
La aderecé
con una vinagreta de mostaza y alcaparras que aporta el sabor que este plato
necesita ya que, como podéis imaginar las verduras al vapor no tienen mucho.
Necesitamos
para uno, como plato único:
200
gramos de judías verdes.
150
gramos de zanahorias.
12
langostinos cocidos pequeños.
Para la
vinagreta: una cucharada de mostaza, un buen chorro de aceite de oliva virgen
extra, vinagre de Jerez y alcaparras.
Empezamos
quitando los extremos y los laterales a las judías verdes; las partimos en
trozos de unos cinco centímetros y cada trozo al medio a lo largo: nos quedan
unas tira finas que se van a cocinar al vapor en pocos minutos.
Pelamos las
zanahorias y también las partimos en bastones delgados y hacemos al vapor.
Reservamos
las verduras.
Yo utilicé
langostinos que compré ya cocidos; solo tuve que pelarlos y reservar. Estos no
son de tamaño grande, si los vuestros son mayores revisar la cantidad.
Preparamos
la vinagreta:
lunes, 8 de septiembre de 2025
Guiso de patatas y champiñones.
Un plato
con ingredientes humildes y, sin embargo, un gran plato, sabroso y perfecto
para tomar como primero. Más espeso, sin apenas caldo puede servirnos de
guarnición.
Necesitamos
para dos:
4
patatas medianas, unos 350 gramos.
Una bandeja
de champiñones. Yo en esta ocasión he usado champiñón Portobello.
1
cebolla mediana.
Caldo de
verduras o agua.
Sal,
azafrán y aceite de oliva virgen extra.
Empezamos
limpiando bien los champiñones, si es imprescindible los pasamos por debajo del
grifo aunque como último recurso, ya que debemos intentar no mojarlos. Les quitamos
el pie y partimos el sombrero en dos o cuatro trozos dependiendo del tamaño.
Pelamos las
patatas y también las partimos en dos o cuatro trozos.
Pelamos la
cebolla y la picamos.
En la
cazuela ponemos unas cucharadas de aceite con la cebolla y los pies de los champiñones. Cocinamos hasta
que esté transparente.
Añadimos
las patatas, el azafrán y los champiñones, mezclamos bien y dejamos unos
minutos.
Agregamos
el caldo, poco, lo justo para que cubra escasamente el guiso, ya que los champiñones
soltarán su agua. 
Salamos
y dejamos cocer a fuego suave hasta que las patatas estén tiernas. Dependiendo de
la clase y del tamaño entre 20 minutos y media hora.
Servimos
caliente.
domingo, 31 de agosto de 2025
Bonito encebollado, al vino tinto.
Con esta receta vamos a despedir, bien el mes de agosto y damos la bienvenida a septiembre que el pobre no tiene la culpa de ser el mes de vuelta a la rutina, al cole, a las prisas…
Lo hacemos con bonito, que es el indiscutible rey de la cocina asturiana durante el verano: la temporada es corta y hay que aprovecharla.
Ya sabéis que el “truco” para cocinarlo es NO hacerlo demasiado, lo justo tirando a escaso para que no se seque. En el blog hay varias recetas de bonito.
Necesitamos:
Unos medallones de lomo de bonito.
2 cebollas.
2 dientes de ajo.
½ pimiento rojo.
½ vaso de vino tinto.
1/2 cucharilla de harina.
Sal, laurel y aceite de oliva virgen extra.
Empezamos poniendo en una cazuela amplia, donde quepa todos los trozos sin superponerse, tres cucharadas de aceite.
Salamos el bonito y lo freímos 1 minuto por cada lado. Sacamos y reservamos.
En la misma cazuela añadimos los dientes de ajo picados, el laurel y la cebolla, con una pizca de sal; mezclamos bien y, a calor muy suave, lo cocinamos, dando vueltas de vez en cuando durante unos 20/25 minutos. Pasados los primeros 10 minutos añadimos el pimiento y seguimos cocinando.
Cuando la cebolla está melosa espolvoreamos un poco de harina y la cocinamos; agregamos el vino, dejamos un minuto a fuego vivo y ponemos como ¼ de vaso de agua.
Dejamos cocinar unos cinco minutos y ponemos el bonito para que se termine de cocer durante un minuto más; apartamos y dejamos reposar. Con el calor del guiso será suficiente.
Si vuestros tacos fuesen muy gruesos aumentad un poco el tiempo de cocción.
Podéis cambiar el vino tinto por blanco o por sidra natural (no achampanada) pero esta vez me apeteció hacerlo con tinto que además de aroma aporta otro color.
jueves, 28 de agosto de 2025
Pastel de hojaldre con calabacín y tomates secos.
Esta sencilla receta nos puede sacar de un apuro cuando tenemos que improvisar un aperitivo o una merienda ya que se hace con ingredientes que podemos fácilmente tener en casa.
Perfecto para una merienda-cena de picoteo, para llevar al campo o, simplemente, para acompañar una botella de sidra o una caña.
El relleno tiene un sabor muy suave por lo que el toque del tomate seco le va muy bien.
Necesitamos:
1 patata mediana.
1 cebolla mediana.
1 calabacín no muy grande.
Unos tomates secos en aceite.
Una lámina de hojaldre rectangular.
Sal, pimienta negra y aceite de oliva virgen extra.
Empezamos pelando la patata y la cebolla y partiéndolas en rodajas finas; en una sartén ponemos dos cucharadas de aceite y, a fuego muy bajo, vamos pochándolas.
Cuando empiecen a ablandar añadimos el calabacín, salamos y seguimos pochando lentamente.
Reservamos, ponemos un poco de pimienta negra y dejamos enfriar. Es muy importante que cuando vayamos a ponerlo en el hojaldre esté completamente frío.
Encendemos el horno siguiendo las instrucciones del hojaldre.
Extendemos la lámina y sobre una mitad ponemos el relleno que hemos reservado con los tomates secos en trocitos. Se pueden sustituir por queso rallado.
Tapamos con la otra mitad y horneamos hasta que esté cocido y dorado.
viernes, 22 de agosto de 2025
Croquetas de garbanzos y coliflor.
Aunque sea verano tenemos que seguir comiendo legumbres; en ensaladas, en patés vegetales o… en croquetas.
Necesitamos
para unas 10 croquetas grandes:
120
gramos de garbanzos secos.
2
zanahorias (no las usaremos para las croquetas pero los garbanzos tendrán mejor
sabor).
1
coliflor pequeña.
Pan
rallado.
1
huevo.
Sal,
una hoja de laurel y aceite de oliva virgen extra.
Empezamos
poniendo la noche anterior los garbanzos a remojo; por la mañana los escurrimos
y los ponemos a cocer con las zanahorias y el laurel. (Podemos aprovechar para
cocer mayor cantidad, congelar y utilizar en otra preparación con las
zanahorias)
Mientras
se cuecen los garbanzos preparamos la coliflor: la separamos en ramitos y la
cocemos al vapor o en el horno; hervirla en agua coge más humedad y eso no nos
conviene.
Cuando los garbanzos estén tiernos los pasamos por el pasapuré, sin nada de caldo; pasamos igualmente la coliflor y mezclamos; hacemos una masa uniforme y probamos de sal.
Reservamos hasta que esté totalmente frío; además con el reposo la masa
coge “cuerpo”.
Preparamos
un plato con pan rallado y batimos un huevo.
Con
ayuda de dos cucharas damos forma a las croquetas y las pasamos por pan
rallado, huevo y pan rallado.
Las freímos hasta que se doren y sacamos a un papel absorbente.
Sugerencia de mi “santo”: si a la masa añadís unos trocitos de jamón o de
chorizo frito…en fin, todo es válido.
jueves, 14 de agosto de 2025
Ensalada de tartar de tomate con queso azul.
Lo que
os cuento hoy casi, casi no es una receta es más bien un cuento; sin hadas ni
dragones pero con una brujaaaa…yo.
La historia
empezó así: 
Hoy mi
frutera, entusiasmada, me dijo nada más que entré en su establecimiento: “tengo
tomates kilómetro 0”.
A mi me
apeteció hacer un chiste malo (¿los has cultivado en la trastienda?) pero me
contuve a tiempo y le dije que me pusiera dos ni grandes ni pequeños, ni
demasiado duros ni demasiado maduros, ni mucho ni poco de nada.
Me los
traje a casa y ahí empezó el martirio para el pobre tomate.
Lo primero,
lavarlos bien bajo el grifo.
Lo segundo
hacerles una cruz con un cuchillo bien afilado en el lado contrario al del
pedúnculo.
Y seguido
meterlos, durante unos 30 segundos en agua hirviendo.
Del agua
hirviendo a un baño de agua helada con hielos.
¡Acabábamos
de empezar!
Cuando el
pobre tomate dejó de quemarme las manos, generoso él, pasé a despellejarlo…así
como suena. Podía ser más fina de deciros que le quité la piel pero en realidad
el resultado es el mismo.
Ahora “lo
pasamos a cuchillo”, dicho fino lo partir a trocitos.
Para que
no se sintiera tan solo ni pensara que era algo personal contra él piqué media
cebolleta.
¿Queso? que
más os guste pero mejor un queso asturiano, también de kilómetro 0.
Y colorín,
colorado aquí acaba el cuento del tomate que hoy cayó en mis manos.
Y como soy la bruja mala del cuento os diré que disfruté cada paso, jajaja.
martes, 12 de agosto de 2025
Tiras de pechuga de pollo empanadas, con guarnición.
¡Pechuga
de pollo! ese alimento tan básico, que se cocina de muchas formas distintas, que
nos saca de muchos apuros, que nos proporciona una comida o cena rápida…y que, a
mí no me gusta demasiado.
Normalmente
la disfrazo un poquito para que tenga más sabor y la acompaño con verduras y
ensaladas para hacer un plato único y completo.
Necesitamos
para dos:
½
pechuga de pollo cortada en filetes y después en tiras*.
Jengibre
fresco.
Salsa de
soja.
Pan rallado.
Guarnición:
2
patatas medianas.
1
calabacín.
Pimientos
del piquillo de bote.
Aceite
de oliva virgen extra.
Empezamos
adobando la carne que necesita un tiempo de reposo: rallamos el jengibre,
añadimos salsa de soja y con esa mezcla untamos bien las tiras de pollo.
Cubrimos con  film y dejamos reposar en
la nevera.
Cocemos
las patatas enteras, con piel, en agua con sal durante unos 20 minutos a fuego
medio; para saber que están las pichamos en el centro con una brocheta y
levantamos, si caen es que están. Reservamos.
Lavamos
el calabacín y lo partimos a lo largo; lo vamos a hacer a la plancha a la vez
que freímos el pollo.
Sacamos
el pollo de la marinada y lo pasamos por abundante pan rallado; no ponemos sal
porque la salsa de soja ya lo habrá salado.
Lo
freímos a fuego fuerte hasta que esté dorado; lo sacamos a papel absorbente.
A la vez ponemos el calabacín y los pimientos del piquillo en la plancha, pincelados con aceite, para que se cocinen.
Ya solo
nos queda emplatar la guarnición, echando un chorrito de aceite a las patatas y
unas piedras de sal gruesa, con la carne.
*Yo pido en la carnicería que me hagan los filetes; los envuelvo en film y los congelo. El día que los necesito los saco del congelador y antes de que estén totalmente descongelados los parto en tiras: así resulta muy fácil.
viernes, 8 de agosto de 2025
Berenjenas hasselback con bacaladas fritas.
Necesitamos
para dos:
2 berenjenas.
½ cebolla.
1 tomate
mediano.
1 lata
de anchoas en aceite.
Orégano.
Pan rallado.
Empezamos
lavando las berenjenas y partiéndolas de la siguiente manera: quitamos el extremo del rabo; las atravesamos
con una brocheta, todo a lo largo, como a un centímetro del borde; ahora las
vamos partiendo en rodajas de 1 centímetro, más o menos, sin llegar abajo ya
que la brocheta nos lo impide. 
Salamos y las metemos
en el horno precalentado a 180º durante unos 15 minutos para que pierdan
rigidez y sea más fácil rellenarlas.
Mientras
partimos la cebolla y el tomate en rodajas.
En las
aberturas metemos cebolla o tomate con una anchoa; por encima repartimos el
orégano.
Volvemos
a meter en el horno unos 40 minutos dependiendo un poco del tamaño. Si se doran
demasiado cubrimos con papel de aluminio.
Pasado ese tiempo ponemos
un poco de pan rallado por encima y gratinamos. Este paso es optativo.
















































