Parece que va a llegar la primavera y empiezan a
apetecer las comidas más frescas y ligeras.
En las huertas asturianas todavía no hay fréjoles
(es más aún ni se han sembrado) así que aunque prefiero productos de cercanía
está vez son de importación.
Estaban muy frescos y lozanos.
Necesitamos:
Fréjoles, unos 200 g por ración.
Patatas, una mediana por persona.
Aceitunas negras, deshuesadas.
Tomates secos en aceite de oliva.
Jengibre (opcional).
Sal, aceite de oliva virgen extra y vinagre.
Empezamos quitando los hilos laterales, con un
pelador de verduras, a los fréjoles, si los tienen y las puntas.
Los lavamos y partimos en trozos.
Los cocemos en agua hirviendo con sal hasta que
estén tiernos, pero ¡cuidado! de no pasarnos de cocción: tiernos pero firmes.
También cocemos las patatas, partiendo de agua fría,
hasta que están blandas y enteras.
Mientras vamos preparando el aliño:
Picamos las aceitunas.
Partimos los tomates secos.
Rallamos el jengibre, si lo vamos a poner.
Mezclamos las aceitunas, los tomates, jengibre,
aceite y vinagre.
Aliñamos la ensalada.
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