¿Por dónde empiezo? ¿Por lo que tiene o por lo que
no tiene este pastel?
Bueno, vamos por lo que no hay y así nos olvidamos
de estos ingredientes: ni nata, ni harina.
Tiene verduras, las que más os gusten, las que
tengáis en la nevera, las que estén en plena temporada; también tiene muchas
vitaminas, fibra y proteínas.
Es un pastel realmente ligero, muy versátil, muy
sano, muy nutritivo y muy rico.
Necesitamos, para un molde de 22cm x 10cm:
Dos huevos, un pocillo de leche y zanahorias, unos
100g.
Las verduras que yo puse:
4 espárragos verdes.
4 ó 5 ramitos de brócoli.
Judías verdes, fréjoles, unos 150 g.
3 ó 4 pimientos rojo, de bote, en tiras.
Además necesitamos sal y aceite de oliva.
Salsa de tomate (opcional).
Empezamos pelando las zanahorias y cociéndolas, en
agua con sal, hasta que están tiernas. Las dejamos enfriar.
En la batidora trituramos las zanahorias, la leche y los
huevos, hasta conseguir una mezcla homogénea.
Vamos cociendo por separado el resto de las
verduras: el brócoli, las judías verdes, los espárragos verdes (yo usé solamente
las puntas, pero se pueden poner enteros).
Pintamos el molde de silicona con aceite de oliva
virgen extra.
Ponemos las puntas de los espárragos.
Cubrimos con la mezcla de zanahorias, leche y huevo, con
cuidado para que no se muevan mucho los espárragos.
Ponemos una tiras de pimiento rojo y los ramitos de
brócoli.
Más mezcla y encima más pimiento y las judías
verdes, que no se ven en la foto porque ¡me olvidé de hacerla!.
Cubrimos con el resto de la mezcla, todo tiene que
quedar bien cubierto.
Calentamos el horno, con un vaso de agua en la
bandeja, a 170º; metemos el molde y dejamos hasta que cuaje, entre 35/40 minutos
(hay que pinchar con una brocheta y comprobar que está).
Sacamos y dejamos templar; desmoldamos cuando se
vaya a servir. Templado, con la salsa de tomate bien calentita está muy rico.
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