Se despide el mes de abril con frío y con lluvia así
que, en justa correspondencia, vamos a despedirlo con un guiso de cuchara
calentito, sabroso y nutritivo.
Necesitamos:
Garbanzos cocidos y carne guisada. Vamos por partes.
Para los garbanzos necesitamos:
100 g por persona de garbanzos.
Un hueso de jamón.
Dos zanahorias.
Para la carne guisada:
Entre 120/150 g de carne de guisar de ternera(morcillo, usé
yo).
Ajo, cebolla, pimiento rojo y zanahoria.
½ vaso de vino blanco.
Además aceite de oliva, sal y pimienta.
Empezamos poniendo los garbanzos a remojo, la noche
anterior en agua templada.
Hacemos un caldo con el hueso de jamón y las
zanahorias; espumamos bien y, cuando hierva, añadimos los garbanzos escurridos
del agua de remojo; ponemos sal, con cuidado por el jamón, y dejamos cocer
hasta que estén tiernos.
Vamos haciendo la carne. Empezamos salpimentándola y
friéndola a fuego fuerte en una cazuela con un poco de aceite; cuando está bien
sellada agregamos el ajo, la cebolla, el pimiento rojo y la zanahoria, todo
bien picado y dejamos sofreír unos minutos. Añadimos el vino blanco, dejamos
evaporar, tapamos y dejamos cocer.
Cuando los garbanzos están y la carne también
juntamos los guisos. En la cazuela de la carne vamos añadiendo los garbanzos y
el caldo (con cuidado porque puede que no
nos haga falta todo el caldo).
Probamos de sal, tapamos y dejamos cocer todo junto
unos 10 ó 15 minutos para que se unan bien los sabores. Apartamos del fuego. Dejamos reposar 5 minutos antes de servirlos.
Por supuesto podemos aprovechar restos que tengamos;
también se podría hacer con garbanzos de bote, pero como yo nunca los he usado
no me atrevo a recomendarlo. Lo que os recomiendo es cocer más de los que
necesitemos y tener en el congelador para improvisar cuando nos haga falta.
Esta idea la vi aquí y os dejo el enlace.
¡Y Listo!
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