Este plato puede hacerse con chipirones o con
calamares, incluso las anillas de calamar te pueden servir.
Limpiar los chipirones es, sin duda, la parte más
laboriosa por lo que es necesario tener claro cómo hacerlo* y disponer de
tiempo.
Yo he utilizado chipirones bastante grandes así que
los partí en 3 trozos cada uno; si son más pequeños puedes dejarlos enteros.
Necesitamos para dos:
Chipirones limpios, ½ kilo.
1 ó 2 cebollas, dependiendo del tamaño.
2 ó 3 dientes de ajo.
1 pimiento verde.
1 vasito pequeño de vino blanco.
½ cucharadita de pimentón.
Aceite de oliva virgen y sal.
*Empezamos limpiando bien los chipirones: quitamos unas aletas que tienen al final del
cuerpo; tiramos de la cabeza y con ella salen todas las tripas; cortamos con una tijera las patas y sacamos
una parte dura que tienen en el centro. Ya tenemos las patas, las aletas y el cuerpo del chipirón por separado.
Es necesario lavarlo todo bien, especialmente el cuerpo que puede tener restos
dentro o incluso algo de arena, bajo el chorro de agua fría. Los podemos dejar
enteros si son pequeños o partirlos en trozos grandes, menguan mucho al
cocinarse, si son grandes.
Ponemos en una sartén o cazuela baja dos o tres
cucharadas de aceite y sofreímos despacio la
cebolla partida en juliana y el pimiento también en tiras, con un
poco de sal.
Cuando la cebolla está suave añadimos los dientes de ajo
picados, freímos y ponemos el pimentón, damos una vueltas con cuidado que no se nos
queme; agregamos el vino blanco, dejamos un minuto para que se evapore
el alcohol.
Mientras se va haciendo la cebolla y el pimiento en
otra sartén con una cucharada de aceite y a fuego fuerte freímos los
chipirones durante dos o tres minutos.
Ahora juntamos las dos preparaciones,
tapamos y dejamos a fuego suave durante unos 15 minutos.
Probamos de sal y rectificamos.
¡Y listo!
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