Necesitamos:
400 g de bonito limpio de pieles y espinas.
2 ó 3 cebollas, dependiendo del tamaño.
2 pimientos italianos.
2 ó 3 dientes de ajo.
1 tomate.
1 huevo.
2 cucharadas de pan rallado.
1 cucharada de harina.
Sal.
Aceite de oliva virgen, 4 ó 5 cucharadas.
Una pizca de cúrcuma (opcional).
Empezamos haciendo el sofrito: en una sartén con el fondo
ligeramente cubierto de aceite ponemos a freír, a fuego lento, la cebolla y el
pimiento picados muy pequeños, con una pizca de sal, hasta que esté blando.
En ese momento sacamos dos o tres cucharadas de
sofrito y lo ponemos en un colador para que pierda el aceite que pueda tener.
El resto seguimos friéndolo y le añadimos el tomate
rallado; dejamos que se cocine, que evapore el agua del tomate, para tener una
salsa espesita.
Mientras
vamos picando el bonito, con cuchillo, en trocitos pequeños; lo ponemos en un
bol amplio y añadimos el sofrito que tenemos escurrido, el huevo entero, los
dientes de ajo picados, el pan rallado y sal; revolvemos y dejamos reposar unos
10 minutos en la nevera.
Formamos las albóndigas, las pasamos por harina y
las freímos.
Cuando estén doradas las pasamos a la salsa,
añadimos la cúrcuma y un poco de agua y las dejamos cocer unos 6 ó 7 minutos
para que se hagan bien por dentro pero no se sequen.
¡Y listo!
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