Un pastel: otra forma de
tomar verduras que gustará hasta a los que no “aman” las verduras.
Tiene un sabor muy suave
pero con el puntito que aporta el queso azul.
Se puede tomar tibio o
frío. Acompañado con una salsa de tomate entusiasmará a todo el mundo.
Necesitamos:
200 g de coliflor.
200 g de judías verdes.
100 g de zanahorias.
3 huevos.
200 g de leche.
50 g de queso azul.
Aceite de oliva virgen
extra.
Sal y pimienta negra.
Para la salsa de tomate: 1
cebolla mediana, 1 diente de ajo y un bote de tomate triturado.
Empezamos
hirviendo por separado las verduras que elijamos; yo he puesto coliflor,
judías verdes y zanahorias pero con brócoli, berenjena, calabacín…puede
quedar también bien y se adaptará al gusto de todos. Necesitamos que las
verduras queden tiernas pero sin que pierdan el punto crujiente. Cada verdura
necesitará un tiempo distinto.
Batimos los
huevos
con la leche, una pizca de sal y pimienta negra. Podemos sustituir una parte de la leche por nata, quedará un pastel más sabroso aunque un poco más calórico.
En un molde que pueda ir
al horno ponemos una cucharada de aceite y la extendemos con una
brocha, agregamos las verduras y cubrimos con la mezcla de huevos y leche.
Ponemos el queso azul, a trocitos por encima.
Calentamos el
horno a 180º y metemos el molde hasta que esté cuajado el pastel, unos 25/30
minutos.
Mientras hacemos la
salsa de tomate: en una sartén ponemos dos cucharadas de aceite y freímos,
a fuego lento el ajo y la cebolla picados menudos; cuando la cebolla está
blanda añadimos el tomate salpimentado y dejamos cocer hasta que la salsa está hecha, espesita.
¡Y listo!
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