domingo, 1 de diciembre de 2019

Calabacín relleno con mejillones.



Es un entrante muy rico que se puede hacer con antelación (cosa que a mí me gusta mucho) y meter al horno 15 minutos antes de servirlo.

Si no os apetecen mejillones pues langostinos, berberechos…incluso merluza, si optáis por la vía marinera.

Jamón serrano, carne picada, pollo…si os va más la terrestre.


Necesitamos:

Calabacines, un trozo o dos por comensal de unos 6 centímetros cada uno.
Cebolla.
Mejillones, yo puse 6 en cada cilindro.
Sal.
Pan rallado.
Aceite de oliva virgen extra.

Empezamos lavando muy bien los calabacines y partiéndolos en trozos iguales de 5 ó 6 cm. Con un pelador quitamos unas tiras de piel.

Los vaciamos por dentro. Aquí tenemos dos opciones: hacer “vasitos”, hay que vaciarlos dejando el “culo” del cilindro o vaciarlos por completo.

Yo los vacio totalmente, que es más fácil y teniendo cuidado al servir que no se salga el relleno, no hay problema.

Ponemos agua con sal a hervir y cocemos los cilindros de calabacín durante unos cinco minutos. Tienen que quedar tiernos pero sin perder la forma. Reservamos.

Mientras en una sartén ponemos dos o tres cucharadas de aceite y sofreímos la cebolla picada; cuando empiece a ablandar agregamos los trozos de calabacín, picados, que sacamos al vaciarlos. Salamos con cuidado porque los mejillones aportan mucha sal.

Lavamos muy bien los mejillones y los abrimos al vapor. Guardamos 3 ó 4 cucharadas del líquido que suelten.

Los sacamos de la cáscara y los picamos (reservamos los necesarios para adornar cada cilindro con uno).

Añadimos los mejillones picados al sofrito y el caldo que reservamos. Dejamos unos minutos al fuego hasta que se evapore.

Rellenamos los calabacines y los ponemos en una fuente que pueda ir al horno. 

Cubrimos con una ligera capa de pan rallado.

Hasta este punto podemos hacerlo con antelación.

Calentamos el horno a 180º y metemos la fuente durante unos 12/15 minutos para que calienten bien por dentro; al final ponemos encima de cada uno un mejillón.


                                              ¡Y listo!


Esta receta es mí interpretación de la que vi en “Guisándome la vida”.

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