miércoles, 15 de julio de 2020

¿Croquetas?...de calabacín y tomate seco.





Llega el verano y con él la sobre abundancia de calabacines en las huertas; por pocas plantas que pongas todos los días puedes recoger, así que hay que buscar nuevas maneras de cocinarlos.

Croquetas, croquetas no son porque no llevan bechamel pero son unas bolitas súper crujientes con un puntito ácido del tomate, ideales para el aperitivo o para el segundo plato.


Necesitamos para 18:
500 gramos de calabacín.
50 gramos de miga de pan del día anterior.
1 huevo mediano.
Leche, para empapar la miga.
6 ó 8 tomates secos en aceite.
½ cucharilla de cúrcuma (opcional).
Aceite de oliva suave o de girasol para freír.
Sal y pan rallado.

Empezamos lavando bien el calabacín, o pelándolo si no es de cultivo ecológico.

Lo partimos en cubos pequeños, como de 1 centímetro.

Ponemos en la sartén una cucharada de aceite y, a fuego fuerte cocinamos el calabacín durante unos minutos, dándole vuelta de vez en cuando para que se tueste. Salamos y reservamos hasta que temple.

Mientras empapamos la miga de pan con la leche; escurrimos para quitar el exceso.

Batimos el huevo con una piza de sal y añadimos el tomate seco picado, la miga de pan escurrida, la cúrcuma y el calabacín.

Vamos haciendo las bolitas cogiendo porciones con una cuchara, las ponemos sobre pan rallado y rebozamos.

Dejamos en la nevera durante una hora más o menos; puede ser más.

Ponemos aceite a calentar en un cazo, para tener bastante altura.

Con una cuchara las vamos poniendo en el aceite caliente que debe cubrirlas.

Las freímos hasta que cojan un bonito color.

Recién hechas están riquísimas pero frías también.



¡Y listas, a disfrutar!

Esta receta, un poco modificada la vi aquí.


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