No
estamos en temporada de calabazas pero mi huerto el año pasado fue tan generoso
que aún tenemos alguna en perfecto estado.
Y
no sé si precisamente por ser del verano pasado están tan maduras que han
perdido humedad y se les ha concentrado el dulzor.
Esta
tarta recuerda mucho a la Tarta de Santiago por su textura y
aspecto.
Necesitamos:
Unos
400 gramos de calabaza asada.
100
gramos de aceite de girasol.
100
gramos de coco rallado.
100
gramos de harina.
80
gramos de azúcar (podéis poner 100 gramos sí os gusta más dulce).
3
huevos medianos.
½
sobre de levadura química (tipo Royal).
Una
pizca de sal.
Azúcar
glas para adornar.
Empezamos partiendo la calabaza en trozos
iguales, quitando la piel y las pipas y asándola en el horno a 180º hasta que
esté tierna*.
Dejamos que temple y la machacamos con un tenedor para hacerla
puré.
En
un bol ponemos los huevos con el azúcar y batimos hasta que se deshaga;
añadimos el aceite, el coco y una pizca de sal y mezclamos bien.
Pasamos
la
harina y la levadura por un colador para evitar grumos y lo añadimos;
mezclamos.
Por
último ponemos el puré de calabaza asada frío o templado.
Hacemos
una mezcla homogénea.
Lo
ponemos en un molde (el mío tiene 24 centímetros), mejor desmontable y al horno
a 180º hasta que esté cuajada, unos 40 minutos.
Cuando
enfríe la podemos cubrir entera o haciendo algún dibujo con azúcar
glas.
Yo puse unas pequeñas cucharillas boca abajo antes de espolvorear
el azúcar con un colador.
¡ Y
listo, a disfrutar !
*
Os aconsejo llenar la bandeja del horno ya que el gasto de electricidad será prácticamente
el mismo y con lo que os sobre podéis preparar, por ejemplo una mermelada para
el desayuno. Yo la trituré, añadí azúcar y canela y quedó una crema muy rica.
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