Aunque esta Nochevieja no se haya parecido en casi nada a la de otros años, aunque hayamos estado todos en casa, aunque los brindis hayan sido virtuales…el día de año nuevo necesitamos una comida calentita, rica, nutritiva e hidratante: para empezar bien el año, con buen ánimo y con fuerza.
Necesitamos:
Zanahorias (2 ó 3).
Champiñones (10).
Cebolla (1/2).
Huevos (2).
Caldo de jamón (o de pollo o verduras).
Aceite de oliva.
Las cantidades dependerán de para cuantos queréis la sopa. Las cantidades que os pongo entre paréntesis yo las puse para dos raciones abundantes.
Empezamos preparando el caldo. Podéis usar el que más os guste yo tenía caldo de jamón congelado. Lo hice así:
Necesitamos huesos de jamón y algunas verduras (zanahoria, puerro, cebolla…) empezamos blanqueando los huesos: los ponemos en agua hirviendo y los dejamos cocer 3 ó 4 minutos para que eliminen la mayoría de las impurezas que puedan tener. Tiramos el agua y en una pota de tamaño proporcionado ponemos los huesos escurridos y la verduras; cubrimos con abundante agua y dejamos cocer despacio entre una hora y media y dos. Colamos y utilizamos o congelamos, cuando enfríe. En principio no ponemos sal.
Para hacer la sopa ponemos dos o tres cucharadas de aceite y sofreímos despacio ½ cebolla picada y las zanahorias, peladas y picadas en trocitos pequeños.
Mientras se va ablandando limpiamos los champiñones y también los partimos.
Los añadimos a la pota, tapamos y dejamos que vayan soltando su agua, durante 3 ó 4 minutos.
Agregamos el caldo caliente y dejamos cocer despacio unos 10 minutos; batimos los huevos y se los vamos añadiendo despacio, en hilillo para que cuaje.
Probamos de sal.
¡Y listo a disfrutar!
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