Vamos a gratinar unas verduras,
las que más os gusten, combinadas como queráis y con lo que queráis, las
posibilidades son muchas casi, casi infinitas.
Empezamos preparando las verduras, en este
caso coles de Bruselas, zanahorias y coliflor.
A las coles les
quitamos las hojas exteriores que pueden estar dañadas; pelamos las zanahorias;
separamos en ramitos la coliflor. Los
hervimos todo, por separado, en agua con sal; tienen que quedar tiernas pero no
sobre-cocidas; escurrimos y reservamos en una fuente que pueda ir al horno.
En una sartén o una cazuela ponemos dos o
tres cucharadas de aceite de oliva (también se puede hacer con mantequilla) y
dos cucharadas de harina.
Mezclamos y cocinamos dos o tres minutos
para que la harina se impregne bien de la grasa y pierda el sabor a crudo.
Ahora vamos con el truco: ponemos la harina
en el vaso de la batidora con leche.
Batimos. Con esto evitamos que se nos
puedan hacer grumos, que realmente es la única dificultad que tiene esta salsa.
Volvemos a poner en la sartén y cocinamos
dándole vueltas para que vaya espesando. Salamos.
Tiene que cocer despacio unos diez minutos;
si os parece que espesa demasiado añadís mas leche, para dejarla a vuestro
gusto.
Cubrís las verduras con la bechamel. A mí me
quedó demasiado espesa, un poco más ligera me gusta más pero entre hacer fotos
y revolver…en fin que soy la única mujer que no puede hacer dos cosas a la vez,
jajaja.
Extendemos.
Metemos en el horno, bastante arriba y con
el grill para que se caliente y se dore.
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