No
sé si esto os ha pasado alguna vez: yo a veces imagino nuevos platos, nuevos
para mí, mezclo mentalmente ingredientes, productos que nunca he visto, ni
cocinado, ni mucho menos comido juntos, creo que tengo una idea original y
después busco en internet y…ya están allí.
Esto
me ha pasado con estas lentejas con bacalao. Nunca había oído hablar de ellas
pero ya existían, jajaja. Están buenísimas.
Necesitamos
para dos:
150
gramos de lentejas secas.
300
gramos aprox. De bacalao desalado.
½
pimiento rojo.
1
cebolla mediana.
1
ó 2 zanahorias.
2
dientes de ajo.
1
hoja de laurel.
Sal
y aceite de oliva virgen extra.
Empezamos
48
horas antes de cocinar este plato desalando el bacalao. El tiempo va a depender
del grosor de las tajadas. Las lavamos bajo el grifo para quitar la sal y las
ponemos en un bol con agua fría en la nevera el tiempo necesario cambiando el
agua dos veces al día.
Pesamos
las lentejas y las lavamos.
En
una cazuela las ponemos con una hoja de laurel y las cocemos hasta que estén
tiernas. Hay que tener cuidado no se queden secas ya que al no haber tenido
remojo absorben bastante agua. No ponemos de momento sal.
Mientas
se cocinan las lentejas preparamos el bacalao.
En
una sartén ponemos dos o tres cucharadas de aceite y freímos el bacalao un par
de minutos por cada lado. Sacamos y reservamos.
En
la misma sartén, con un poco más de aceite si es necesario pochamos las
verduras, el ajo, la cebolla, la zanahoria y el pimiento, todo partido pequeño.
Seguimos sin poner sal.
Cuando
el sofrito está añadimos el bacalao, sin piel y sin espinas, desmenuzado en
trozos grandes.
Añadimos
el contenido de la sartén en la cazuela de las lentejas; la meneamos un poco,
evitando revolver con una cuchara, y dejamos cocer despacio todo junto unos
cinco minutos.
Es
el momento de probar de sal y agregar si es necesario; con el bacalao hay que
andar con cuidado para que se resale el guiso. Dejamos reposar unos
minutos, un poco de perejil fresco por encima y listo.
Servimos.
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