Necesitamos: calabacín, ajo, aceite, unas hojas de
hierbabuena, unos trocitos de jamón.
Empezamos pelando el calabacín, sin ser demasiado
meticulosos, podemos dejar algo de piel y partiéndolo en trocitos.
En una cazuela de tamaño proporcionado ponemos un
poco de aceite, dos dientes de ajo picados y los trozos de calabacín; sofreímos.
Cuando empieza de coger color añadimos agua, no
mucha lo necesario para cubrirlo y cocemos unos minutos, hasta que esté blando.
Lo trituramos con la batidora añadiéndole unas hojas
de hierbabuena.
En una sartén sin nada de aceite ponemos trocitos de
jamón, finos y a calor fuerte dejamos que se tuesten.
(Ya sé que es una tentación probar a ver si están
ricos pero os aseguro que lo están, así que nada de meter la mano…)
Servimos la crema en platos o en vasitos y ponemos el
jamón encima.
Si queréis que quede más verde no peléis el
calabacín.
Como veis, es una estupenda entrada para una comida
o, en más cantidad, una cena rica, sana, muy barata, rápida de hacer…
En fin, probad y ya me contaréis.
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