¡Muy rico este conejo!
Un guiso tradicional, con sabores y aromas de toda
la vida.
Empezamos adobando la carne; machacamos en un
mortero unos dientes de ajo con unos granos de pimienta negra y sal.
Ponemos en una cacerola aceite de oliva y freímos
las tajadas de carne hasta que estén doradas.
Añadimos cebolla, pimiento rojo y una cucharadita de
pimentón. Freímos.
Tapamos la cazuela y dejamos que se vaya cocinando.
Cuando la cebolla está un poco hecha ponemos medio vaso
de vino blanco, dejamos destapado y a calor fuerte para que se evapore el
alcohol; añadimos los champiñones y una ramita de romero.
En fin, probad y ya me contaréis.
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