Ligera, ligera.
Unas láminas de pasta, un poco de
queso y muchas verduras: nada más (y nada menos).
En esta ocasión opté por preparar una lasaña
sin bechamel y sin salsa de tomate; estoy pensando que quizá no deba llamarla
lasaña pero bueno mientras se me ocurre otro nombre…
Necesitamos unas láminas de lasaña que cocemos
siguiendo las indicaciones del paquete.
Cogemos de la nevera todo lo que venga de la huerta
y que no camine solo: ajo, cebolla, zanahoria, fréjoles (vainillas), calabacín,
tomates cherry, pimiento rojo y/o verde…
Además necesitamos queso de cabra.
Además necesitamos queso de cabra.
Pelamos las zanahorias, las partimos y cocemos en
agua hirviendo con sal, hasta que estén al dente.
En una sartén amplia ponemos un poco de aceite y
freímos, empezando por el ajo, después cebolla, pimiento rojo y/o verde picados
menudos, los fréjoles partidos en trocitos como de un centímetro, para que se
haga bien.
Cuando esté todo un poco blandito ponemos en calabacín, en trocitos
y unos cherry partidos en cuartos, que aportarán un poco de jugosidad.
Añadimos la zanahoria escurrida.
Montamos la lasaña:
Pincelamos el molde con un poco de aceite, cubrimos
con láminas de pasta, encima capa gruesa de verduras, pasta, verduras…hasta
acabar con pasta que cubriremos con medios cherrys, rodajas finas de calabacín
y queso.
¡Al horno! Unos minutos hasta que se dore.
Yo puse trozos de queso de cabra pero también se
puede rallar queso curado o poner trocitos de queso azul.
¡ y listo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario