Cuando vi por primera vez
esta receta pensé: ¿cómo con tan pocos y tan sencillos productos se puede hacer
un plato tan completo y tan atractivo? e inmediatamente decidí que tenía que
hacerla y pronto; me gusta el repollo,
la col, y la preparo con un refrito de ajo y pimentón, para acompañar los
garbanzos.
Hoy este plato de la
cocina tradicional catalana, de una región de Lérida, concretamente de la
Cerdanya.
Necesitamos:
Un repollo, unas patatas,
panceta (ésta es de Geras de Gordón, en León, está adobada con pimentón y
ahumada) y unos ajos. Como siempre sal y aceite.
La realización es muy
sencilla, yo lo hice así:
Ponemos agua a hervir con
sal; picamos y lavamos el repollo; pelamos y partimos unas patatas. Lo cocemos
todo junto hasta que estén tiernos.
Mientras pelamos y picamos
unos dientes de ajo y los freímos en un poco de aceite.
Quitamos la corteza a la
panceta y la partimos dejando unos trozos más grandes para decorar.
Cuando el ajo empieza a
dorarse añadimos la panceta y freímos hasta que esté crujiente.
Quitamos un poco de la
grasa que suelte y añadimos el repollo y la patata cocidos; damos unas vueltas
intentando machacarlo un poco.
Para presentarlo lo he
dorado con un aro, en raciones individuales pero también se puede hacer como si
fuéramos a cuajar una tortilla.
Así de fácil, así de rico,
así de sano, así de barato…perfecto para un entrante, perfecto para tomar
verdura, perfecto para disfrutar.
Gracias a todas esas
mujeres, que sin estrellas Michelín, sin muchos recursos, aprovechando los
productos de temporada y de comercio de proximidad han alimentado a sus
familias con comidas sabrosas.
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