Hoy sí podríamos decir aquello de receta de
“kilómetro cero”: fabas de la huerta y setas cultivadas en casa.
Desde que hicimos un pequeño curso con Funji natur,
“bajo
la sombra de los castaños en un escondido valle asturiano”, como dicen ellos,
cultivamos nuestras propias setas shiitake y os aseguro que es una experiencia
muy gratificante; observar todo el proceso desde el nacimiento de la seta en la
corteza del tronco y su crecimiento hasta que las recolectas es muy emocionante.
Y como uno de nuestros
tronquitos ha sido generoso hemos hecho esta receta.
Necesitamos para dos:
200 g de fabas.
Setas shiitake, no las
pesé pero en la foto del tronco podéis ver, más o menos, la cantidad. Creo que eran unas 16/18 de distintos tamaños.
Además necesitamos: 1
cebolla mediana, 2 zanahorias, 4 dientes de ajo, una hoja seca de laurel,
aceite de oliva virgen y sal.
Empezamos
la noche anterior ponemos las fabas a remojo en agua fría, bien cubiertas para
que se rehidraten.
Cuando las vayamos a
cocinar tiramos el agua del remojo y, en una cazuela proporcionada a las
cantidades ponemos las fabas, la cebolla pelada y entera, las zanahorias
peladas y enteras, la hoja de laurel, dos dientes de ajo y un chorretón de
aceite; cubrimos con agua fría y ponemos a cocer.
Cuando empiece a hervir
“asustamos” a las fabas añadiendo un poco de agua fría; dejamos cocer despacio,
manteniendo siempre las fabas cubiertas de agua para evitar que
suelten la piel; tampoco es conveniente revolver con una cuchara ya que
seguramente las partiremos, es mejor menear la pota de vez en cuando.
Cuando están tiernas las
salamos, sacamos la cebolla y las zanahorias con un poco de caldo, lo trituramos
y lo volvemos a echar a la cazuela.
Quitamos el laurel.
Mientras se cocinan las
fabas vamos haciendo las setas: las limpiamos bien con un
papel de cocina, nunca mojándolas y las partimos.
En una sartén ponemos un
poco de aceite y los otros dos dientes de ajo picaditos; los freímos y añadimos
las setas. Dejamos que se cocinen ligeramente y añadimos esta preparación a las
fabas. Dejamos hervir despacio unos cinco minutos.
Apartamos del calor y
dejamos reposar antes de servir.
¡Y listo!
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