Esta es una receta muy
sencilla y de éxito asegurado si contamos con una buena merluza fresca, una
merluza del pincho del Cantábrico, por ejemplo.
Le pedimos al pescadero
que nos quite la espina (la congelamos para hacer caldo) y nos saque los dos
filetes; cortamos dos trozos iguales,
uno de cada filete.
El relleno debe ser al
gusto de los comensales; yo en esta ocasión lo hice muy sencillo, para no
robarle protagonismo al pescado.
Necesitamos para dos:
Un lomo de merluza, sin espina
de 400/450 g.
Dos patatas medianas.
½ vaso de vino blanco.
Una cebolla, una
zanahoria, 3 ó 4 tomates secos en aceite y perejil.
Además necesitamos sal y
aceite de oliva virgen extra.
Empezamos pelando las
patatas y partiéndolas en rodajas de 1 centímetro de grosor, más o menos.
En un larguero de horno
ponemos una cucharada de aceite, extendemos y colocamos las patatas con sal. Lo
metemos al horno caliente, a 180º. Pasados unos 10 minutos echamos el vino
blanco y dejamos hasta que al pincharlas con el tenedor no encontremos
resistencia.
Mientras vamos preparando
el relleno: picamos la cebolla y la zanahoria peladas y partidas pequeñas; en
una sartén con dos cucharadas de aceite y un poco de sal las ponemos a pochar
hasta que están hechas; picamos los tomates a trocitos.
Cuando las patatas están
colocamos ½ lomo de merluza salado, el relleno y tapamos con el otro medio
lomo.
Cortamos un trozo de papel
de horno, del tamaño adecuado para tapar el larguero, lo mojamos con agua, lo
arrugamos y tapamos el larguero. Esto hará que el pescado no se seque.
Volvemos a meter en el
horno a 180º durante unos 15 minutos.
Espolvoreamos con perejil
picado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario