Necesitamos
para dos:
150
gramos de garbanzos.
200
gramos de bonito fresco, sin piel ni espina central.
1
cebolla mediana.
½
pimiento verde.
2
tomates maduros o un bote de tomate pelado.
2
zanahorias.
Aceite
de oliva virgen.
½
cucharilla de pimentón dulce.
½
cucharilla de cúrcuma (opcional).
Harina
de garbanzos, la necesaria para rebozar el bonito.
1
hoja de laurel y perejil.
Empezamos poniendo los garbanzos a remojo en
agua templada la noche anterior a cocinarlos.
Los
escurrimos y los cocemos en agua hirviendo con las zanahorias peladas y
enteras, la hoja de laurel y sal.
Mientras
se cuecen los garbanzos vamos preparando el bonito y la salsa.
Quitamos
la piel al bonito y lo hacemos tacos. Salamos, pasamos por harina de garbanzos (puede ser
de trigo) y lo sellamos en una sartén con dos o tres cucharadas de aceite de
oliva.
Lo
reservamos caliente.
En
la misma sartén, sin limpiar vamos sofriendo la cebolla y el pimiento
picados menudos. Ponemos el pimentón y la cúrcuma y freímos. Cuando
empiezan a ablandar ponemos los tomates rallados, o los de lata;
salamos y dejamos que se cocine bien. Podemos agregar las zanahorias que usamos
para cocer los garbanzos picadas.
Necesitamos
una salsa espesa.
Escurrimos
los
garbanzos, guardando algo del líquido de cocción y los agregamos
a la salsa. Ponemos el caldo de cocer los garbanzos, la cantidad que os
guste dependiendo de lo caldosos o secos que os gusten.
Dejamos
cocer despacio unos 15/20 minutos para que cojan bien todos los sabores.
Añadimos
el bonito, que
ya está frito y por tanto cocinado y lo dejamos todo junto 3 ó 4 minutos, solo
para que se caliente todo bien. No conviene hacer demasiado el bonito para que
no se seque.
Servimos
en una legumbrera y ponemos perejil picado.
¡Y
listo, a disfrutar!
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