Ingredientes
sencillos + preparación fácil = un plato nutritivo, sin grasa y atractivo.
Creo que a todo el mundo, o casi, le apetecerá probar un ramito de coliflor con una suave bechamel y unos trocitos de avellana o nuez.
Necesitamos:
1
coliflor.
1
cucharada de harina.
1
cucharilla de cúrcuma.
Leche.
Sal
y aceite de oliva virgen.
Frutos
secos: yo usé avellanas y nueces.
Empezamos
separando los ramitos de coliflor, lavándolos bien y partiéndolos
de un tamaño similar.
Los
cocemos en agua hirviendo con sal hasta que la pinchar por el tallo veamos que
el cuchillo entra con facilidad. Escurrimos, ponemos en la fuente de servir y
reservamos.
Mientras se cuece la coliflor preparamos una bechamel poniendo en un cazo un poco de aceite, una cucharada de harina, cúrcuma y sal.
Cuando la
harina ya se ha cocinado un poco vamos añadiendo la leche y dando vueltas con
unas varillas para evitar los grumos hasta que esté bien cocida. Hay que
dejarla ligera, no muy espesa.
Con
esta bechamel cubrimos la coliflor; esparcimos por encima los frutos
secos.
¡Y
listo, a disfrutar!
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