Quizás
no sean, bueno, quizás no, seguro que no son las magdalenas con el aspecto más
espectacular del mundo pero son unas magdalenas muy ricas, esponjosas, suaves,
nutritivas y sanas.
Necesitamos:
190
gramos de copos de avena ecológicos.
30
gramos de nueces peladas.
80
gramos de azúcar.
100
gramos de leche entera.
2
huevos.
½
sobre de levadura química, tipo Royal.
Pellizco
de sal.
Canela,
al gusto.
Empezamos
pesando todos los ingredientes.
En
una batidora ponemos 160 gramos de copos de avena y los 30 gramos
de nueces y trituramos hasta que tengamos una harina; la avena absorbe el
aceite que pueda salir de la nuez; este paso os lo podéis saltar y poner los
copos enteros pero yo prefiero hacer la mayor parte en harina.
Añadimos
los otros 30 gramos de copos de avena, la levadura, la pizca de sal y la canela.
En
un bol grande ponemos los huevos y el azúcar y batimos;
agregamos la leche.
Vamos
agregando la mezcla de avena a la masa líquida, dos o tres cucharadas,
revolvemos hasta integrar; otras dos o tres y así hasta terminar.
Dejamos
reposar
la masa mientras calentamos el horno a 200º; ponemos las cápsulas de papel
en molde rígidos.
Rellenamos
las ¾ parte de las cápsulas y horneamos hasta que están; pinchamos para
comprobar; las mías tardaron unos 15 minutos.
¡Y
listo, a disfrutar!
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