El fin de semana pide un desayuno o una merienda especial.
Aquí llueve sin parar, está frío, como corresponde al mes de febrero, no es prudente reunirse con amigos o familia así que lo que nos queda y no está nada mal es comer rico, sofá, libro, scrabble…
Estas magdalenas son muy fáciles de hacer, quedan esponjosas, con un suave sabor y perfume a naranja. Podéis hacer bizcocho con la misma masa.
Con estas cantidades salieron 20 mini-magdalenas, de unos 15 gramos y 6 magdalenas grandes , de 40 gramos aproximadamente.
Necesitamos:
2 huevos medianos.
80 gramos de azúcar.
80 gramos de zumo de naranja.
80 gramos de aceite de girasol.
1 yogur natural, no azucarado.
La piel de la naranja rallada.
220 gramos de harina.
1 sobre de levadura química (tipo Royal).
Una pizca de sal.
Empezamos preparando todos los ingredientes.
Batimos los huevos con una pizca de sal.
Añadimos el azúcar y seguimos batiendo.
Agregamos el yogur. Batimos hasta que se integre bien.
Vamos incorporando el aceite, dejándolo caer como un hilo y batimos.
Ahora ponemos el
zumo y la ralladura de la naranja.
Mezclamos la harina con la levadura y la vamos incorporando, por tandas, después de pasarla por un colador para evitar grumos.
Calentamos el horno a 180º.
Rellenamos las cápsulas de papel unos 2/3 aproximadamente; puse las cápsulas en moldes de silicona para darles más estabilidad.
Horneamos las pequeñas unos 10/12 minutos y las grandes unos 15 minutos, hasta que al pincharlas con una brocheta salga seca y las magdalenas estén doradas.
Y listo ¿comemos o qué?
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