Un plato de legumbre con verduras, que puede ser plato único si lo acompañáis con una ensalada y, como diría un famoso cocinero, un trocito de pan.
A la hora de poner las cantidades siempre me surgen muchas dudas porque las raciones no son iguales para todas las personas, para distintas edades, para distinta actividad física. Yo cocino, normalmente para dos jubilados, con una actividad moderada pero de “buen comer”: adaptarlas a vuestras necesidades.
Necesitamos para dos:
140 gramos de garbanzos.
Un manojo de acelgas.
2 zanahorias.
½ cebolla.
½ pimiento rojo.
1 puerro.
50 gramos, unas 4 lonchas de bacón.
Aceite de oliva virgen extra y sal.
Empezamos poniendo los garbanzos a remojo la noche anterior, en agua templada con un puñado de sal.
En una cazuela ponemos agua con las dos zanahorias, peladas y enteras, y el puerro entero. Cuando empiece a hervir añadimos los garbanzos, escurridos del agua del remojo y sal. Dejamos cocer hasta que los garbanzos estén tiernos.
Mientras lavamos las acelgas, las picamos y las cocemos en agua con sal, unos 10 minutos. Escurrimos y reservamos.
Ponemos 2 ó 3 cucharadas de aceite en una cazuela y pochamos la cebolla y el pimiento rojo pelado, hasta que estén blandos.
En el vaso de la batidora ponemos el sofrito de cebolla y pimiento, las zanahorias y el puerro con parte del caldo cocer los garbanzos; trituramos.
Lo volvemos a poner en la pota, con las acelgas y los garbanzos escurridos, reservando el caldo; añadimos el caldo que nos parezca hasta dejar el guiso a nuestro gusto.
Ya solo nos queda dejar cocer todo junto despacio unos 10 minutos para que se integren todos los sabores; probamos de sal.
En una sartén aparte freímos el bacón, o panceta o trocitos de jamón, lo que os guste y se lo agregamos al guiso en el momento de servir para que se quede crujiente, evitando la grasa que suelte.
También se puede poner huevo cocido picado.
Y listo ¿comemos o qué?
No hay comentarios:
Publicar un comentario