Estas galletas quedan un poco abizcochadas, crujientes por fuera y blandas y esponjosas por dentro; llevan poca cantidad de mantequilla y azúcar; la manzana les aporta jugosidad y dulzor.
Con estas cantidades me salieron 20 galletas de unos 35/40 gramos cada una; conviene pesarlas al hacerlas para que se horneen todas al mismo tiempo.
Necesitamos:
300 gramos de harina, aproximadamente.
2 huevos.
50 gramos de azúcar.
80 gramos de mantequilla.
150 gramos de manzana, después de pelada y descorazonada.
50 gramos uvas pasas.
1 sobre de levadura.
Una pizca de sal.
Empezamos preparando todos los ingredientes: dejamos la mantequilla a temperatura ambiente para que esté en pomada; pelamos la manzana y la picamos en trocitos pequeños; pesamos todo lo demás;.
Separamos unos 100 gramos de harina y hacemos una mezcla con la manzana y las uvas pasas, que se rebocen bien; así evitamos que se nos oxide la manzana. Reservamos.
Batimos los huevos con el azúcar y una pizca de sal hasta conseguir una masa espumosa; podéis poner más azúcar si os gusta, yo siempre pongo poco porque las uvas pasas y la manzana ya aportan dulzor.
Agregamos la mantequilla bien blanda y batimos para integrar; no importa si queda algún trocito porque después al añadir la harina se mezclará bien.
Ponemos la mezcla de harina, manzana y uvas pasas; mezclamos.
De la harina restante, 200 gramos, yo separo unas cucharadas que reservo aparte; ya sabéis que a veces no es necesario ponerla toda, depende, por ejemplo del tamaño de los huevos.
Mezclo el resto de la harina con la levadura y lo añado a la masa; mezclamos bien.
Tiene que quedar una masa blanda pero no en exceso así que vamos poniendo la harina reservada poco a poco.
Reservamos en la nevera mientras se calienta el horno a 180º.
Hacemos bolitas de entre 35 y 40 gramos y horneamos hasta que estén doradas, unos 18/20 minutos.
Y listo ¿comemos o qué?
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