Esta ensalada puede ser un primer plato o una cena ligera; es muy completa y admite variantes para adaptarla a vuestro gusto aunque tal cual os la cuento está muy rica y os la recomiendo.
Se puede sustituir el jamón por unas lascas de queso de oveja curado, que también va muy bien. Si usáis jamón conviene que sea un buen jamón ibérico.
Necesitamos:
Ensalada verde: lechuga, rúcula, canónigos…lo que os guste.
5 ó 6 espárragos trigueros por persona.
5 ó 6 alcachofas.
Unas lonchas de jamón ibérico.
2 dientes de ajo.
Sal y aceite de oliva virgen extra.
Empezamos cociendo los corazones de alcachofa, frescos o congelados hasta que estén tiernos. Escurrimos y reservamos.
Quitamos el extremo final, que es muy duro, a los espárragos y lo desechamos; los partimos en trozos; los lavamos y reservamos.
Pelamos los dientes de ajo y los picamos.
En una sartén ponemos dos cucharadas de aceite y los espárragos, menos las puntas que son más tiernas; dejamos que se cocinen para que ablanden pero conservando un puntito crujiente. Después de dos o tres minutos ponemos las puntas que necesitan menos tiempo. Salamos.
Agregamos el ajo y las alcachofas cocidas y dejamos que se fría todo un poco; si os parece que tiene poco aceite podéis añadir un poco pero sin pasarnos.
Cuando el ajo ya está frito apartamos del fuego y reservamos.
En una fuente ponemos una base de ensalada verde, yo puse canónigos; en el centro ponemos el contenido de la sartén (alcachofas y espárragos con ajo) y alrededor el jamón ibérico, en trocitos.
Y listo ¿comemos o qué?
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