Necesitamos para dos:
2 lomos de bacalao salado, de unos 200 g por
ración.
Para el pisto: cebolla abundante, ½ pimiento rojo, ½ pimiento
verde, 2 ó 3 diente de ajo, 1 berenjena, 3 ó 4 cucharadas de tomate triturado, aceite
de oliva virgen extra y sal.
Además: un puñado de aceitunas negras, aceite de oliva
virgen extra y vinagre de Jerez.
Empezamos poniendo el bacalao a desalar; dependiendo
del grosor necesitará más o menos tiempo. En el establecimiento donde lo
compréis nos pueden decir cuánto necesita.
Yo lo tuve una noche y un día completo, unas 36
horas en agua fría dentro de la nevera cambiándole el agua 4 veces.
Ponemos en una cazuela plana, donde quepan los lomos
con amplitud, 2 ó 3 cucharadas de aceite y freímos 1 minutos por cada lado el bacalao
después de secarlo bien.
Lo sacamos a un plato y reservamos.
En la misma cazuela vamos a hacer el pisto sin añadir
más aceite; empezamos poniendo por este orden el ajo, la cebolla, el pimiento
verde y rojo, la berenjena y por último el tomate. No ponemos sal hasta
probarlo ya con el bacalao.
Mientras se hace el pisto picamos menudas las
aceitunas negras y añadimos aceite y vinagre, una o dos
cucharadas; dejamos reposar.
Cuando el pisto está cocinado ponemos el bacalao,
tapamos la cazuela, dejamos 3 ó 4 minutos a fuego lento. Apartamos y dejamos
reposar unos minutos antes de servir. Probamos de sal.
Emplatamos poniendo el pisto encima el bacalao y
unas cucharadas de la vinagreta de aceitunas.
¡Y listo!
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