Si llegas del trabajo y te
encuentras en la mesa un plato como este, sencillo, rico, completo…se te pasa
al instante el cansancio, el estrés o cualquier otra cosa que tengas ¡seguro!
Necesitamos para dos (las cantidades son orientativa ya que no es
igual lo que necesita un adolescente o una persona mayor, por ejemplo):
Pasta, la que prefieras,
unos 150 g.
Espinacas o acelgas, 200 g.
Zanahorias, 150 g.
Salmón fresco, 200 g.
Aceite de oliva virgen
extra.
Sal y pimienta negra.
Empezamos preparando
las
espinacas. Si las usáis congeladas cocerlas siguiendo los consejos del
envase; normalmente se pone agua con sal a hervir y se cuecen durante unos 6/8
minutos. Escurrimos bien para quitar toda el agua posible.
Si usáis acelgas hay que lavarlas bien, picarlas y cocerlas en agua con sal.
Si usáis acelgas hay que lavarlas bien, picarlas y cocerlas en agua con sal.
Pelamos las
zanahorias y también las cocemos en agua con sal hasta que estén al
dente. Escurrimos y reservamos.
En una sartén ponemos dos o
tres cucharadas de aceite y freímos el salmón aderezado con sal y
pimienta negra.
Lo sacamos y lo troceamos,
quitando todas las espinas y la piel.
En la misma sartén, sin
limpiarla, ponemos las espinacas y las zanahorias; sofreímos.
Mientras cocemos
la pasta el tiempo necesario; escurrimos y echamos a la sartén; ponemos
el salmón troceado y mezclamos bien.
¡Y listo!
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