Una crema de verduras y
legumbres, con un toque de cúrcuma y de pimienta: un primer plato o una cena.
Puede ser un plato de
aprovechamiento si os sobran unos garbanzos de otra receta.
Necesitamos para dos:
1 cebolla mediana.
2 dientes de ajo.
Calabacín, 375 g.
Garbanzos cocidos, 100 g.
½ cucharilla de cúrcuma.
Aceite de oliva virgen
extra.
Sal, pimienta negra y
perejil.
Empezamos
sofriendo en una cazuela con tres cucharadas de aceite la cebolla y el
ajo.
Pelamos el
calabacín y lo picamos.
Cuando la cebolla está
blanda añadimos el calabacín y sofreímos un par de minutos; ponemos la
cúrcuma y los garbanzos cocidos (reservamos unos pocos para
emplatar) cubrimos de agua y dejamos cocer hasta que el calabacín está tierno,
unos 10 minutos, porque se hace pronto y los garbanzos solamente tienen que
calentarse.
Lo pasamos por un pasapuré.
Con otra cucharada de
aceite tostamos los garbanzos reservados para la presentación.
Yo los pelé antes de
tostarlos; una vez cocidos es muy fácil quitarles la piel.
Servimos con un poco de pimienta
y el perejil picado.
¡Y listo!
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