No tengo ni idea de por qué se llama así esta rica crema de alubias blancas y puerro. Lo que sí sé es que es un entrante muy adecuado para cualquier comida o cena.
Yo ando ¡ya! dándole vueltas al menú de Navidad y siempre me gusta tener alguna crema calentita para que se entone el estómago de los comensales más madrugadores mientras esperan a los demás.
Todos agradecen una crema decalabaza, de tomates asados o de verduras…servida en raciones pequeñas, que no es plan de quitarles la gana de comer.
Las cantidades dependen de cuantos seáis, y del recipiente en que lo sirvas. Con las cantidades que os pongo yo hice cuatro.
Necesitamos:
Alubias blancas, 130 gramos.
Puerros, 2, la parte blanca.
Patata, opcional*
Mantequilla, como una nuez.
Aceite de oliva virgen extra y sal.
Jamón o huevo cocido.
Empezamos poniendo las alubias a remojo, bien cubiertas de agua fría, la víspera de cocinarlas.
Las ponemos en una pota, las cubrimos de agua y las dejamos cocer despacio hasta que estén tiernas.
Mientras se hacen las alubias limpiamos los puerros con mucho cuidado porque suelen tener tierra entre las capas; los picamos y los ponemos a pochar con sal, dos cucharadas de aceite y un trocito de mantequilla hasta que estén muy suaves.
Añadimos a la cazuela del puerro las alubias escurridas, con parte del caldo de cocción; reservamos el resto del caldo para añadir y que quede de la consistencia que nos guste.
Lo cocemos todo junto cuatro o cinco minutos.
Trituramos hasta dejar una crema muy fina.
Probamos de sal y rectificamos si es necesario.
Servimos caliente con jamón o huevo cocido picado.
*Yo no le puse patata pero se puede poner a cocer con las alubias.
¿Comemos o qué?
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