Quinua, carne de ternera, zanahoria… todos
ingredientes muy, muy saludables. Y todos junto y en un plato sabroso todavía
más.
Os animo a que probéis esta receta incluso los que
no seáis unos entusiastas de la quinua: dentro de las albóndigas no aportan mucho
sabor pero si muchos nutrientes esenciales para nuestro organismo.
Necesitamos para 12 albóndigas:
Quinua,50 g.
Carne picada de ternera, 400g.
1 ó 2 cebollas, dependiendo del tamaño.
Zanahorias, 3 ó 4.
Vino blanco.
Aceite de oliva, sal, pimienta negra y 1 hoja de
laurel.
Empezamos con la quinua porque necesitamos que esté
fría cuando la vayamos a juntar con la carne.
La ponemos en un colador grande y, debajo del grifo,
la lavamos bien durante 2 ó 3 minutos.
Ponemos agua a hervir con sal y cocemos la quinua
durante 15/16 minutos: se ve cuando está porque los granos se abren. Escurrimos
y dejamos enfriar.
Mientras picamos menuda la cebolla y la sofreímos despacio
en 2 ó 3 cucharadas de aceite. Dejamos enfriar.
En cuanto a la carne picada compramos un trozo de
buena carne de guisar y pedimos que nos la piquen en el momento.
La aderezamos con la quinua fría, la mitad de la
cebolla, pimienta negra molida y sal.
Revolvemos bien y formamos las albóndigas. Las vamos
poniendo en una fuente de horno, ligeramente pintada de aceite (usaremos la que
nos sobré de sofreír la cebolla, que tiene saborcito). Las metemos en el horno
a 180º durante 10 minutos.
Vamos preparando la salsa.
Pelamos y partimos las zanahorias; ponemos en una
sartén la otra mitad de cebolla frita, la hoja de laurel y las zanahorias y, a fuego suave,
dejamos que se vayan haciendo. Después de tres o cuatro minutos añadimos un
poco de vino blanco, dejamos evaporar y ponemos agua; cocemos hasta que las
zanahorias estén tiernas.
Cuando tengamos la salsa y las albóndigas juntamos
los dos preparados y cocinamos en el horno unos 5 minutos más.
¡Y listo, a disfrutar!
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