La castaña ha sido muy importante en la alimentación
de nuestros antepasados sobretodo en la zona norte del país.
Es
uno de los frutos secos con menor valor calórico apto en las dietas celíacas ya
que no
contiene gluten y por su efecto saciante también en las dietas de
adelgazamiento.
Tiene
un
bajo contenido en grasas, y la mitad de su composición son hidratos de
carbono, esto hace de la castaña un alimento energético muy recomendable.
Son
muy
adecuadas para deportistas, durante la adolescencia, y para aquellas
personas que tengan un trabajo que requiera de un gran esfuerzo físico.
Su
composición en minerales y vitaminas nos ayudan a controlar la retención de
líquidos, y por su contenido en fibra evita el estreñimiento.
Nos
ayuda a controlar la hipertensión, previene la anemia, y nos regula los niveles
de colesterol en sangre.
Bueno, ahora que ya os he contado lo fantástico que es
comer castañas vamos con la receta.
Ingredientes
130 g harina normal.
100 g harina de castañas.
3 huevos
1 yogurt
80 g azúcar blanco.
1 sobre levadura.
1 vaso de yogurt de aceite de girasol.
Empezamos batiendo los
huevos con el azúcar.
Añadimos el yogur, batimos para integrarlo.
Ponemos el aceite y volvemos a batir.
Mezclamos las dos harinas, la de trigo y la de
castañas con la levadura. Lo pasamos por un colador y se lo agregamos a la masa
líquida que ya teníamos.
Metemos en el horno caliente a 180º, durante unos 40 minutos,
pero ya sabéis pincháis y comprobáis.
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