Esta es una sencilla receta, muy completa y sabrosa,
de esas que gustan a todo el mundo... o casi.
La base de la salsa es la salsa puttanesca a la que
se le añade bacalao fresco, haciendo una especie de ragú. Al usar macarrones
rallados la salsa se mete por dentro y por las hendiduras y es como si fuera una
pasta rellena lo que hace que sea un plato muy sabroso.
Además del bacalao que lleva la salsa los he
acompañado con una tajada para hacer un plato único, pero esto es opcional.
Necesitamos por persona:
Pasta, yo he usado macarrones, unos 100g.
Bacalao fresco, 150g.
½ cebolla.
1 diente de ajo.
100g de tomate triturado.
Aceitunas negras, perejil, orégano, aceite de oliva
virgen, sal, alcaparras y guindilla (opcional).
Empezamos con la salsa:
En una cazuela ponemos unas cucharadas de aceite, la
cebolla picada, el diente de ajo picado, las alcaparras y la guindilla; dejamos
que se sofría.
En una sartén con una cucharada de aceite cocinamos
el bacalao fresco a la plancha; no es necesario ni conveniente hacerlo mucho ya
que después en la salsa terminará de hacerse. Lo desmigamos y reservamos.
Cuando la cebolla esté pochada sacamos la guindilla,
añadimos el tomate y la aceitunas negras partidas en rodajas; cocinamos unos 10
minutos e incorporamos el bacalao (con todos los jugos que haya soltado) y el
perejil.
Vamos a cocer la pasta:
Ponemos abundante agua con sal a hervir, sin aceite
y cocemos el tiempo necesario según el tipo de pasta que usemos, dejándola al
dente o a vuestro gusto. Escurrimos, sin remojar en agua fría y mezclamos con
la salsa.
Servimos la pasta espolvoreando por encima un poco
de orégano seco (orégano que yo no tenía por eso no lo veis en la foto, seguro
que vosotros sois más previsores).
¡Y listo!
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