Una tarta de origen francés, con una masa que a mí me recuerda a la de las crêpes. Se puede cambiar la fruta pero como ya estamos en temporada de albaricoques vamos a aprovechar.
Lo
primero que quiero aclarar es el nombre; aunque el más conocido es clafoutis
creo que sólo se emplea en el caso de hacerlo con cerezas, sino parece que debe
llamarse flaugnarde.
Pero
bueno debates del nombre aparte es una tarta muy fácil, muy rápida de hacer y
con un éxito asegurado. Ligera, ligera no es, no vamos a engañarnos porque
lleve fruta ¡también lleva nata y azúcar! pero claro es que una tarta, que íbamos
a esperar.
Necesitamos:
4
huevos, a temperatura ambiente.
100
gramos de azúcar.
80
gramos de harina.
20
gramos de maicena.
1
cucharada de levadura, tipo Royal.
200
ml de nata para montar.
100
ml de leche.
30
gramos de mantequilla.
Albaricoques.
Empezamos,
batiendo los huevos con el
azúcar.
Mezclamos la harina, la maicena y la
levadura.
Derretíos la mantequilla.
Mojamos un papel de horno y lo arrugamos
bien para quitar el exceso de humedad; forramos con él el molde, cuándo está
húmedo es más fácil.
Lavamos los albaricoques y los
partimos en gajos gruesos o simplemente al medio.
Añadimos al bol donde están los
huevos y el azúcar la mantequilla, la nata y la leche, mezclamos bien.
Vamos agregando en varias veces la
mezcla de harinas.
Cuando tenemos una masa homogénea la
vertemos en el molde.
Vamos colocando los trozos de
albaricoque.
Metemos en el horno caliente a 180º
hasta que esté cuajado unos 35/40 minutos.
Desmoldamos y dejamos enfriar.
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