Estos canelones tienen un
relleno con un sabor y una textura muy suave, ligeramente dulce. Llevan un poco
de sala de tomate, no mucha ya que no queremos que se convierta en el sabor
protagonista. Tampoco van gratinados con queso para no añadir calorías.
Necesitamos para dos:
8 ó 10 placas de canelón.
350 /400 g de boniato
(batata).
150 g de requesón.
½ cebolla.
1 bote de tomate
triturado.
Sal y aceite de oliva
virgen extra.
Empezamos
pelando el boniato y partiéndolo en trozos no muy grandes para que se asen
pronto.
En una fuente de horno
ponemos dos cucharadas de aceite, el boniato y sal. Revolvemos y metemos
en el horno a 180º durante unos 30 minutos, pinchamos para comprobar que está
blandito.
Dejamos templar.
Mientras vamos preparando
una salsa
de tomate a nuestro gusto; yo sofrío un poco de cebolla menuda y añado el
tomate
triturado, sal y un poquito de azúcar; dejo cocer despacio hasta
que está espesa.
Cocemos las
placas de los canelones, siguiendo las instrucciones del paquete,
sacamos a un trapo de cocina y dejamos que se sequen.
Mezclamos el boniato
asado, y ligeramente machacado, con el requesón.
Vamos rellenando los
canelones.
En la misma fuente en que
hemos asado el boniato, sin limpiar, ponemos unas cucharadas de salsa de
tomate, los canelones y cubrimos con otro poco de salsa de tomate.
¡Y listo!
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