Después de un plato de esta pasta
veréis el mundo de otra manera, ni el “coronavirus” se atreverá a acercarse a
vosotros.
Necesitamos para dos:
Pasta, 80 g.
Brócoli, 140/150 g.
90/100 de espárragos verdes.
2 puerros.
½ vaso de vino blanco.
100 cl de nata para cocinar.
Panceta curada, 4 ó 6 lonchas.
Aceite de oliva virgen extra.
Empezamos cociendo el
brócoli; lo separamos en ramitos, lavamos y cocemos en agua hirviendo
con sal hasta que este ligeramente tierno, acabará haciéndose
en la salsa. Escurrimos y reservamos.
Quitamos la parte verde y la
primera capa de los puerros, los picamos.
Quitamos el final de los
espárragos, la parta dura, los lavamos y partimos en rodajas, de 1
centímetros. Dejamos las puntas un poco más grandes.
En una sartén amplia ponemos 3
cucharadas de aceite, los puerros y los espárragos, menos las
puntas y sofreímos despacio hasta que estén tiernos; agregamos el
brócoli y las puntas de espárrago, seguimos sofriendo.
Subimos el calor y ponemos el
vino, cuando evapore el alcohol añadimos la nata y dejamos un minuto
que hierva despacio todo junto.
Cocemos la pasta; yo usé “mafalda
corta” porque tiene muchos pliegues, que se llenan de salsa; pero usad la que más
os guste.
La escurrimos, reservando
3 ó 4 cucharadas del agua de cocción y añadimos a la sartén donde están
las verduras y la salsa. Si vemos que está muy espeso ponemos el agua de
cocción reservada.
Mientras se cuece la pasta partimos
la
panceta en trocitos y la freímos, sin aceite, en otra sartén hasta que
estén dorados y crujientes.
Servimos la pasta con la panceta
por encima, sin mezclar para que no pierda el crujiente.
¡Y listo, a disfrutar!
¡ánimo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario