Me gustan mucho estas
recetas que dan a ingredientes de todos los días un toque diferente que
sorprende y agrada.
En este caso quizá sea
usar ras-el-Hanout, una mezcla de especias que proporcionan color, sabor y
aroma.
La “inspiración” para este
plato la tuve viendo el blog de Loleta, blog más que
aconsejable; yo la modifique a mí manera y el resultado no puede ser más
satisfactorio.
Necesitamos para dos (plato único):
4 muslos de pollo.
120 g de garbanzos.
3 puerros.
3 zanahorias.
2 dientes de ajo.
1 pimiento verde pequeño o
½ si es grande.
½ vaso de vino blanco.
Caldo de cocer los
garbanzos.
Pimienta negra y sal.
Aceite de oliva virgen
extra.
1 cucharilla de ras-el-Hanout.
Empezamos
preparando los garbanzos; los ponemos a remojo la noche anterior y por la
mañana los cocinamos con un puerro y una zanahoria hasta que
estén tiernos.
Yo suelo tener en el
congelador algún táper con garbanzos cocidos para hacer más rápido las recetas que
los necesiten.
Supongo que se puede hacer
con garbanzos de bote pero como yo nunca los he usado no puedo aconsejar.
Quitamos la piel y la
grasa que puedan tener a los muslitos de pollo; los adobamos con
sal y pimienta negra.
En una cazuela amplia y
baja ponemos aceite, tres o cuatro cucharadas y doramos los muslos.
Mientras lavamos y picamos
los dientes
de ajo, el pimiento verde, los otros dos puerros y las zanahorias.
Sacamos el pollo para un
plato y, en la misma cazuela ponemos las verduras con sal y dejamos pochar unos
minutos; cuando el puerro empieza a ablandar volvemos a poner la carne, subimos
el fuego y añadimos el vino blanco. Dejamos que se evapore el alcohol.
Agregamos el
ras-el-Hanout y un poco del caldo de cocer los garbanzos; tapamos de
dejamos cocer despacio unos 10/15 minutos.
Pasado ese tiempo ponemos
los garbanzos cocidos y seguimos cocinando despacio hasta que el pollo
esté tierno, unos 20 minutos más pero eso depende de qué tipo de pollo sea (si
usáis pitu de caleya el proceso sería muy diferente, ya que tarda mucho más).
Las indicaciones que os doy son para un pollo corriente.
Dejamos reposar cinco
minutos y servimos.
¡Y listo, a disfrutar!
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