Asado
lento, a baja temperatura, sin prisa.
Necesitamos
por persona:
1
zanca de pollo.
Verduras:
calabacín, zanahoria, coliflor y cebolla.
2
cucharadas de aceite de oliva virgen extra.
Sal,
orégano y pimentón dulce.
Empezamos preparando el pollo; lo sacamos de
la nevera unos minutos antes para que se atempere y no esté tan frío.
Preparamos
dos
cucharadas de aceite con ½ cucharilla de pimentón dulce
y orégano; partimos las verduras, después de lavarlas muy bien, en
trozos grandes porque van a estar en el horno bastante tiempo.
Untamos
muy bien la carne y las verduras con esta mezcla y la dejamos mientras
calentamos el horno.
Yo
escogí estas pero podéis poner otras, patata, brócoli, calabaza, pimiento rojo…lo
que más os guste.
En
una fuente de horno ponemos el pollo y todas las verduras bien repartidas, lo
salamos; metemos en el horno a 160º durante unos 50 minutos. Después
de media hora damos vuelta a la zanca.
Las
verduras y la carne empezarán a soltar agua y así se asarán en su propio jugo;
el pollo también perderá gran parte de la grasa que pueda tener debajo de la
piel.
Cuando
esté asado subimos el calor, a 190/200º, y la bandeja para que la
piel se tueste y coja un bonito color.
Recogemos
todo el jugo que quede en la fuente para poner en los platos, mejor no por
encima del pollo para no quitar el crujiente de la piel.
¡Y
listo, a disfrutar!
*Si
asáis un pollo entero lógicamente hay que aumentar el tiempo y además poner el
pollo en el horno sobre una zanca, después de un tiempo sobre la otra y los
últimos minutos con la pechuga hacia arriba; las zancas es lo que más tarda en
asarse.
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