Una forma rápida de cocinar la pechuga de pollo, muy sazonada, muy sabrosa. Si, como a mí, no os gusta mucho la carne esta receta os va a apetecer porque lleva muchos condimentos y verduras.
Además se puede acompañar de un arroz blanco o un cuscús, con una ensalada.
Necesitamos para dos:
250/260 g de filetes de pechuga de pollo.
½ cebolla.
½ pimiento verde.
½ pimiento rojo.
2 dientes de ajo.
1 ó 2 zanahorias.
Además necesitamos: ½ cucharilla de curry, salsa de soja. jengibre y pimienta negra.
Aceite de oliva (o girasol).
Empezamos preparando las hortalizas: pelamos la zanahoria y la partimos en bastones; pelamos la cebolla y la picamos; también los dientes de ajo; lavamos los pimientos y los partimos.
También partimos los filetes de pollo en tiras o en trozos pequeños, de bocado. Sazonamos con pimienta negra.
Calentamos muy bien el wok y ponemos dos cucharadas de aceite. Añadimos la zanahoria y freímos, a fuego alto durante un minuto, más o menos; agregamos los ajos y enseguida la cebolla y los pimientos. Damos unas vueltas y dejamos que se cocine dos o tres minutos más.
Añadimos el pollo y seguimos friendo hasta que cambie de color.
Ponemos el jengibre rallado, el curry y la salsa de soja, bajamos el fuego y dejamos unos cuatro o cinco minutos para que se cocine todo bien.
La cantidad de jengibre, de curry y de soja va en gustos; como si queréis prescindir de algo, depende de cómo lo queráis de condimentado. No le pongo sal porque la salsa de soja tiene suficiente, pero probad.
¡Y listo, a disfrutar!
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