Comida de domingo; bueno del día que tengáis “valor” para encender el horno. Entre el calor y el precio de la electricidad hay que pensárselo dos veces pero el resultado merece la pena.
Como fácil es muy fácil de
hacer y si os gusta el bacalao lo vais de disfrutar mucho.
Necesitamos planificarlo con antelación; como siempre que tenemos que desalar el bacalao la receta “empieza” unos días antes.
Necesitamos:
Lomos de bacalao salado.
Patatas, cebolla, dientes
de ajo y tomate.
Sal, aceite de oliva
virgen extra, pimentón dulce, pimienta negra y guindilla (optativa).
Empezamos lavando y poniendo
a desalar el bacalao en agua fría en la nevera; tendremos que cambiarla cada 24
horas para evitar que se sature de sal. Dependiendo del grosor de las tajadas
tardarán más o menos días, yo lo tuve tres.
Pelamos las patatas y, con
una mandolina o a cuchillo, las partimos en rodajas finas.
Partimos tantas rodajas de
cebolla y de tomate pelado como trozos de pescado tengamos, de un grosor como
de 1 centímetro.
En una fuente de horno
ponemos una cucharada de aceite y la extendemos.
Colocamos las patatas,
encima la cebolla y sobre ella el tomate. Salamos ligeramente y ponemos un poco
de pimienta. Regamos con aceite.
Lo metemos la fuente en el
horno, cubierta con papel de aluminio y asamos hasta que esté todo hecho; yo lo
tuve cuarenta minutos a 180º.
En una sartén con un poco
de aceite sellamos los trozos de bacalao un minuto por cada lado. Reservamos.
Cuando las verduras estén
hechas ponemos el bacalao y lo dejamos en el horno cinco o seis minutos.
Mientras en la sartén donde sellamos el bacalao, con un poco más de aceite, ponemos los dientes de ajo y la guindilla. Cuando el
ajo esté dorado apartamos del calor y añadimos
el pimentón.
Sacamos la fuente del
horno y regamos con el contenido de la sartén.
¿Comemos?
Esta receta está inspirada
en la de “Salmón a lo Bosch” que publicó el blog: los domingos cocino yo”
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