Es la primera vez que utilizo harina de algarroba y el resultado
no puede ser más satisfactorio. Y me refiero a su sabor y textura.
De sus valores nutricionales solo sé lo que he leído y parece
que son bastantes.
Quedaron unas magdalenas muy suaves y esponjosas, con
un ligero sabor a chocolate; el color de la harina también es
achocolatado pero no tanto como se ve en la magdalenas ya
que llevan
una cucharada de cacao puro sin azúcar.
Con estas cantidades salieron 12 magdalenas
de aproximadamente 60 gramos.
Necesitamos:
3 huevos
120 gramos de leche
entera.
90 gramos de azúcar.
100 gramos de aceite de
girasol.
100 gramos de harina de
trigo.
80 gramos de harina de
algarroba.
½ sobre de levadura
química, tipo Royal.
1 cucharada de cacao puro
sin azúcar.
1 pizca de sal.
Empezamos batiendo muy bien los huevos y el azúcar; vamos
añadiendo los ingredientes líquidos y seguimos batiendo, el aceite y la leche.
Mezclamos en un bol los ingredientes sólidos, harina de trigo, de algarroba, sal, levadura y cacao.
Los vamos agregando a la masa líquida
en tres veces, integrando bien antes de añadir más.
Calentamos el horno a
180º.
Rellenamos las cápsulas de papel colocadas en cápsulas
rígidas, de silicona o metálicas; la masa es más bien líquida
por lo que necesita envases rígidos.
Horneamos hasta que al pincharlas salga la brocheta seca; las mías tardaron 12 minutos.
Las colocamos en una rejilla para que se enfríen y no os
preocupéis de buscar una lata para guardarlas
¡desaparecerán!
¿Comemos?
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