Dicho así parece una receta de arroz de toda la vida que, por
supuesto es un plato muy rico y sabroso que a todos nos trae buenos recuerdos.
Pero no, esta receta es diferente.
Lleva arroz, pollo, verduras, uvas pasas, frutos secos y
especias ¡todo junto! Así que ya os podéis imaginar la explosión de sabores y
aromas que hay en cada bocado.
Necesitamos para una ración abundante:
Pechuga de pollo, unos 140/150 gramos.
Cebolla, 100 gramos.
2 dientes de ajo.
Pimiento verde, unos 40/50 gramos.
1 zanahoria, unos 50 gramos.
Pasas, sin pepitas, 25 gramos.
Arroz bomba, 65 gramos.
Caldo de pollo o de verduras, el triple del arroz
Un puñado de almendras.
Sal, ½ cucharilla de Ras-el-Hanout, perejil y aceite de oliva
virgen extra.
Empezamos partiendo la pechuga en trocitos de bocado; la
adobamos con el ras-el-hanuot y una cucharada de aceite; mezclamos bien y lo
dejamos reposar mientras hacemos el sofrito.
En una sartén ponemos dos cucharadas de aceite con la
cebolla, el pimiento y sal; a fuego bajo lo dejamos pocha un par de minutos.
Subimos el calor, añadimos el pollo y freímos para que coja
un bonito color dorado. En este momento la cocina huele a gloria ya que las
especias con el calor sueltan todo “su poder”.
Ponemos la zanahoria rallada, con rallador grueso y la uvas pasas.
Ponemos el arroz.
Revolvemos y dejamos dos minutos para que todo se
impregne de los sabores.
Agregamos el caldo hirviendo; yo en principio pongo 2 ½ el
volumen de arroz pero siempre reservo un poco por si fuera necesario añadirlo. Dependiendo
del fuego y del tamaño del recipiente a veces se evapora demasiado rápido y el
arroz todavía no está hecho.
Suelo poner un poco de sal en el sofrito y un poco más en el
caldo por lo que a media cocción, unos 8/10 minutos, hay que probar y rectificar
si es necesario.
Cuando el arroz está cocido y se ha evaporado todo el caldo
apartamos del calor.
Dejamos reposar cinco minutos tapado y antes de servir
añadimos el perejil y las almendras.
¿Comemos?
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