Un pincho súper rico para media mañana, con una
cervecita o para formar parte de una cena informal.
La combinación de sabores es muy acertada; cebolla
caramelizada, queso y dulce de membrillo, sobre pan tostado y calentito:
insuperable.
La idea es de mi amiga Rosa A. que lo comió en una
barra de pinchos del País Vasco.
Es muy sencillo, casi, casi no necesita explicación.
Necesitamos:
Tortadas de pan.
Queso de cabra de rulo.
Dulce de membrillo.
Empezamos caramelizando la cebolla, os dejo el enlace; supongo que también puede
usarse cebolla de bote, pero como nunca la he probado no puedo deciros como
resulta.
Encendemos el horno, solo por arriba.
Partimos las tostadas de pan.
Montamos el pincho: sobre el pan ponemos la cebolla calentita, un
pedazo de queso de cabra de rulo y al horno.
Cuando el queso esté un poco derretido los sacamos
del horno y ponemos encima un trocito de dulce de membrillo.
¡Y listo!
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