Lasaña de calabacín.

La lasaña es siempre una receta laboriosa, tiene varias preparaciones (bechamel, relleno, pasta o, como en este caso, tiras de calabacín) que después se juntan cuando la montamos. 

Ninguna de estas preparaciones son difíciles de hacer, es más son bastantes sencillas pero hay que hacer simultáneamente varias cosas ¡hay que organizarse bien!

Necesitamos.

2 calabacines medianos, que serán los sustitutos de la pasta de la lasaña tradicional.

Para el relleno:

Calabacín, los trozos que no hagamos tiras y los recorte.

1 cebolla.

½ pimiento verde.

2 dientes de ajo.

Tomate triturado, una lata o natural.

Una rodaja de bonito, unos 300g sin piel ni espina.

Y salsa bechamel: aceite, 1 cucharada de harina, sal, nuez moscada y leche.

Empezamos haciendo el relleno: en una sartén con un poco de aceite freímos los ajos, el pimiento y la cebolla; cuando esté transparente la cebolla añadimos el calabacín; dejamos que ablande un poco y ponemos el bonito, que estará sin piel ni espinas y partido con el cuchillo en trocitos pequeños.

Dejamos que se fría y agregamos el tomate. Rectificamos de sal y dejamos que se cocine hasta que esté una salsa espesa.

Mientras partimos con la mandolina, o a cuchillo, los calabacines en tiras largas. 

Probamos el largo en la fuente donde vayamos a cocinar la lasaña para adaptarnos; también es conveniente calcular cuantas tiras necesitamos y hacer una más por capa ya que al pasarlas por la plancha pierden agua y “menguan”.

En la plancha o en una sartén grande hacemos, con un poco de aceite las tiras de calabacín.

Hacemos una bechamel ligera no muy espesa.

Os dejo un enlace con la preparación de la bechamel.

Vamos haciendo capas: tiras de calabacín, capa de salsa, calabacín, capa de salsa, calabacín y capa de bechamel.

Metemos en el horno durante unos 10 minutos, no hace falta más ya que todo está prácticamente cocinado.

                                     ¡Y listo!